Especies en Peligro de Extinción

Pelícanos y Garzas (Pelecaniformes y Ciconiformes)

Los pelícanos y sus parientes son principalmente aves marinas, mientras que las garzas prefieren el agua dulce. La caza y la intensa presión ejercida sobre su hábitat han puesto en peligro a la sexta parte de estas atractivas especies.

PESCADORES EXPERTOS

Los pelícanos pertenecen a un variado orden de aves piscívoras y palmípedas que incluye cormoranes, fragatas, faetones, anhingas, piqueros y alcatraces. La mayoría son aves marinas y nidifican en islas, acantilados y costas rocosas, pero algunos viven en lagos o pantanos.

Las garzas forman otro orden de aves acuáticas junto con garcetas, avetoros, cigüeñas, espátulas e ibis. Estas aves de tamaño grande o mediano tienen picos y patas largos y robustos. Aparte de alguna notable excepción, como el ibis  calvo, habitan en humedales más o menos pantanosos. Se alimentan de una amplia gama de presas como peces, anfibios, pequeños roedores y serpientes, y algo de carroña.

La robusta anatomía y el hábitat acuático han permitido que tanto pelícanos como garzas estén bien representados en el registro fósil; hasta más de 60 especies extinguidas de garzas y cigüeñas se han encontrado.

VIVIENDO JUNTOS

Muchos pelícanos, garzas y sus parientes forman colonias reproductoras, un hábito que ayuda a la percepción del peligro y a la localización de áreas con alimentos. Sin embargo, hace a estas especies más vulnerables a amenazas puntuales como la contaminación o el drenaje de humedales, que pueden causar la pérdida de colonias enteras.

Las especies en riesgo debido a lo reducido de su población concentrada en unas pocas colonias, incluye a la garceta china, el gran marabú del sur de Asia, y el piquero de Abbott, que nidifica sólo en la isla Christmas en el océano Índico.

El ibis calvo, antiguamente muy difundido en el norte de África y en Oriente Medio, y representado en los jeroglíficos egipcios, se encuentra ahora en una única reserva en Marruecos. Con sólo 300 ejemplares, su situación es crítica. En 1996, la misteriosa muerte de 40 de ellos, probablemente debido a una enfermedad, demostró hasta qué punto puede ser precaria para muchas especies raras la reproducción en colonias.

El ibis calvo ha experimentado un espectacular declive durante muchos años. Se ha debido a la caza, los pesticidas y la pérdida de su hábitat árido.

PRESIÓN CINEGÉTICA

En el pasado, cazar para comer provocó la extinción del ibis de Reunión incapaz de volar y de otras especies de los grupos de pelícanos y garzas, mientras que las garcetas padecieron mucha presión durante el siglo XIX y principios del XX, debido al comercio de sus delicadas plumas blancas, utilizadas en los sombreros.

Cuando el interés por las plumas de garza decayó, las especies más afectadas –la garceta nívea, la pequeña y la grande- se recuperaron. Ahora, la caza sigue siendo una amenaza para algunas especies, como el ibis gigante de Camboya y Laos, pero el mayor peligro es la pérdida y degradación de su hábitat.

Perseguido por pescadores, molestado por los turistas y cazado, el pelícano dálmata lucha por coexistir con los humanos. Estas grandes y pesadas aves mueren también al colisionar con las líneas eléctricas.

PÉRDIDA DE HUMEDALES

Humedales y bosques húmedos están sometidos a una intensa presión debido al crecimiento de la población humana. Cuando se desecan, los suelos pantanosos se cuentan entre los más fértiles, e incluso cuando no están directamente amenazados por la agricultura, pueden ser dañados irremediablemente por la extracción de agua para el riego de los campos cercanos o para suministrar agua de boca.

Otro problema es la contaminación mediante productos tóxicos agroquímicos o residuos industriales. Los efectos del cambio climático (incremento de la temperatura y descenso de las precipitaciones) pueden reducir aún más las zonas húmedas del planeta.

Cambiando la distribución estacional de los peces, el calentamiento global puede afectar a las aves marinas del grupo de los pelícanos. Se ha vinculado este fenómeno con las pobres temporadas de reproducción en que las colonias logran alimentar sólo a una parte de sus crías.

Los cañaverales son el principal hábitat para garzas y avetoros, pero en muchos países los cañaverales se han reducido enormemente al haber sido drenados para obtener terrenos de cultivo.

MIGRACIONES PELIGROSAS

Varias especies, como la cigüeña blanca europea y la espátula de cara negra del este de Asia, emprenden largas migraciones. Como siempre sucede, las aves migratorias se exponen al peligro en un territorio mayor. No sólo sus áreas de nidificación y de reposo invernal requieren protección, sino también aquellas donde reponen fuerzas durante el viaje.

En el caso de las espátulas de cara negra, pasan el invierno en las costas de Hong Kong y Taiwán, donde el descontrolado desarrollo industrial supone un peligro.

GRAN MARABÚ

Esta enorme cigüeña, cría sólo en Assam, la India, y en el lago Tonle Sap, Camboya. Está amenazada por la contaminación y la desecación de los pantanos y bosques inundados donde se alimenta.

 

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