No todos los roedores similares a la ardilla viven en los árboles. Las marmotas y los perrillos de las praderas viven en madrigueras, las chinchillas entre las rocas, y los castores, en el agua. Los amenazan la deforestación, la caza y la agricultura intensiva.
COLAS Y BIGOTES
Cerca de 380 especies pertenecen a siete familias de Esciurimorfos o «similares a las ardillas». Junto a los ratones y semejantes, las especies similares a conejillos de indias, forman el gran grupo de los roedores, que representan más del 40% de los mamíferos.
Los esciurimorfos tienen algunas características comunes: sensibles bigotes, colas peludas e incisivos largos y colgantes. Algunos, como las ardillas terrestres, las listadas y las norteamericanas grises, son consideradas plagas en algunas zonas. Pero más de 30 especies tienen una población escasa o están en peligro.
PELIGRO ROJO
La ardilla roja o común de Europa y Asia, se alimenta de nueces, semillas, frutos, corteza y savia. En algunas zonas de Europa, especialmente en Gran Bretaña, ha sido desplazada por la ardilla gris procedente de Norteamérica, haciendo que se catalogue como vulnerable.
Este cambio se ha debido no sólo a la superior fuerza, agresividad y adaptabilidad de la gris, de una dieta menos exigente, sino también a la nueva forma de gestión del bosque. La solución consiste en eliminar de este hábitat a las ardillas grises.
SALTADOR VULNERABLE
La deforestación es la mayor amenaza para las especies de ardillas arborícolas, especialmente en los trópicos. Una de las de mayor tamaño, con un metro de longitud desde el hocico hasta la cola, es la ardilla gigante india. Puede saltar más de cinco metros y consume desde corteza y brotes hasta huevos y larvas.
Su población se ha reducido un tercio en los últimos años debido a la pérdida de los bosques y a la caza para conseguir su carne y su piel.
MAMÍFERO SALTADOR
La ardilla voladora de Rusia y Escandinavia, un atractivo roedor de los nórdicos bosques de coníferas, también está amenazada. Su destreza para saltar le permite evitar los predadores del suelo y tener que cruzar caminando los claros del bosque. Pero está en declive en toda la extensa área que ocupa, en parte debido a las nuevas plantaciones y a la tala previa de los árboles viejos en los que encontraban huecos para anidar.
ARDILLAS DE TIERRA
El hábitat principal de las ardillas de tierra es la pradera, cuya conversión en fértiles campos de cultivo ha supuesto un peligro real para algunas especies.
En algunos lugares, las marmotas y los perrillos de las praderas han sido objeto de grandes campañas de erradicación por parte de agricultores y ganaderos, ya que las madrigueras de estos animales socavan la tierra, provocando hundimientos. Al alimentarse, también destruyen brotes y raíces. El perrillo de las praderas de cola negra, antes abundante en las grandes llanuras centrales de Norteamérica, está ahora clasificado en grado de bajo riesgo.
OTROS ROEDORES
Principalmente en el Nuevo Mundo, habitan unas 190 especies de roedores como conejillos de Indias, jutías, chinchillas y puercoespines. Varios miembros de este grupo también se encuentran amenazados.
Las chinchillas, populares como mascotas, son vulnerables en la naturaleza y sobreviven en una reducida región de los Andes chilenos. Las jutías son grandes roedores de las islas del Caribe. La caza y el desarrollo urbano, han colocado a muchas especies en grave peligro o ya han provocado su extinción.
Gracias a la habilidad para trepar a los árboles, la jutía conga cubana está en mejor situación que las jutías de tierra, pero su gran tamaño tienta a los cazadores furtivos.
Las chinchillas son capturadas para aprovechar su carne y, sobre todo, por su suave pelaje, que las mantiene calientes a grandes alturas. Vive en colonias de más de 100 individuos y se alimenta de hierba y hojas.
EL CASTOR EUROPEO
Este roedor, que sólo habita en algunos lugares de Europa central y septentrional, estaba antes mucho más extendido. Cazado por su preciado pelaje y el aceite que se obtiene de sus glándulas anales, se acercó a la extinción a finales del siglo XIX. Las principales amenazas que soporta actualmente son la contaminación del agua, la desecación de pantanos y la extracción de agua para el riego y uso humano. Los detergentes vertidos en los ríos destruyen su aceite impermeabilizante.
Algunos países han establecido programas de protección para el castor, así como su reintroducción en el alto Rin, en Suecia y Gran Bretaña.
En algunas zonas, como en Suecia, el castor construye diques con troncos y barro a fin de crear un estanque poco profundo para su cabaña. En otros lugares, como las tierras bajas de Europa central, excava una madriguera en la orilla. Paradójicamente, las presas hechas por el hombre amenazan a esta especie.
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