Conocidas por sus gráciles danzas nupciales y sus épicas migraciones, las grullas forman parte del folklore y las tradiciones culturales, pero están amenazadas como nunca lo habían estado antes por la caza y la pérdida de su hábitat. Muchos de sus pintorescos parientes también están en riesgo, especialmente las avutardas y los rascones.
HERMOSAS BAILARINAS
Existen 15 especies de grullas y todas ellas tienen largas y elegantes patas, y pico delgado. La extraordinaria envergadura de sus alas es una adaptación para llevar a cabo vuelos de largo recorrido.
Las grullas se emparejan de por vida y las parejas reproductoras ejecutan danzas de cortejo minuciosamente coreografiadas para reforzar su unión cada año. Estas danzas se acompañan con trompeteos que son amplificados por su larga tráquea. Las grullas se encuentran entre las familias de aves con más riesgo, nueves especies están globalmente amenazadas y la población de algunas otras se encuentra en declive.
GRUPO VARIADO
Las grullas están clasificadas junto a otras diez familias de aves, que incluyen las avutardas, los rascones, cariamas, torillos, kagús, caraos y trompeteros. Juntos, forman el amplio y variado orden Gruiformes.
Las avutardas son corpulentas y habitan en llanuras y estepas; la avutarda de kori de la sabana africana, es una de las aves voladoras más pesadas, los machos pueden alcanzar los 19 kilos. Otros gruiformes parecen garzas, limícolas, gallináceas o aves acuáticas.
Los ornitólogos han examinado pruebas genéticas que establecen el parentesco entre estas familias tan diferentes. Desgraciadamente, algo que comparten sin duda, son los problemas de preservación. Por ejemplo, 46 de las 135 especies de rascones y 10 de las 25 especies de avutardas se encuentran amenazadas. Sin embargo, las causas son diferentes en cada grupo.
RASCONES RAROS
Los rascones son pequeñas aves de hábitos semiacuáticos que viven en pantanos o bosques, a menudo de densa vegetación. Quizá los miembros más conocidos son fochas y pollas de agua, algunas ampliamente difundidas. La mayor parte de los rascones caminan más que vuelan, y a menudo han evolucionado hasta convertirse en especies no voladoras cuando habitan en lugares sin predadores naturales. Son un buen ejemplo del proceso conocido como endemismo de las islas oceánicas, en el que diversos grupos de una única especie evolucionaron en islas diferentes.
Muchas islas remotas del océano Pacífico, y algunas del Atlántico sur, poseen sus propias especies de rascones no voladores. Estas aves forman poblaciones pequeñas que son vulnerables a los cambios repentinos del entorno. Y, por supuesto, sus cuerpos rollizos e incapaces de volar, las convierten en un blanco fácil para los colonos y sus gatos, perros y ratas. Catorce especies de rascones han desaparecido en tiempos recientes.
OTROS PAISAJES
En contraste con los rascones, las grullas prefieren áreas pantanosas abiertas o boscosas, por lo que las principales amenazas son la tala de los bosques, el drenaje de los humedales y el incremento de la agricultura.
Muchas especies de grullas nidifican en el hemisferio norte y emigran al sur para pasar el invierno. Esto significa que también requieren protección las zonas en las que descansan y se alimentan durante el viaje.
Las avutardas, en cambio, habitan principalmente en áridas estepas, por lo que la extensión de las actividades agrícolas hacia estas llanuras polvorientas representa un problema. Tanto unas como otras han sido cazadas tanto por deporte como por su carne.
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