Especies en Peligro de Extinción

Moluscos

Después de los peces, los moluscos son probablemente los organismos acuáticos más prósperos y diversos. Abarcan desde las ostras hasta los caracoles y calamares, y viven tanto en agua salada como dulce, incluso en tierra. Están amenazados por sobrepesca para el aprovechamiento de su carne y sus conchas, por la contaminación del agua y por la destrucción del hábitat.

UN GRAN FILO

El filo Moluscos es el segundo mayor grupo entre los invertebrados, después de los artrópodos, con unas 100.000 especies descritas. Aproximadamente el 1% de éstos está clasificado como amenazado, pero la falta de datos sobre muchas especies, hace suponer que en realidad debe ser mucho mayor.

Se tratarán aquí dos importantes grupos de moluscos: los bivalvos, que reciben su nombre de la concha doble y articulada, y que incluyen especies como almejas, mejillones, ostras y veneras; y los gasterópodos, como los caracoles y las caracolas, que tienen una concha espiral y un pie con ventosa.

RIESGO DE ASFIXIA

La mayoría de los bivalvos son filtradores y utilizan sus branquias para respirar y comer. Generando una corriente de agua sobre éstas, el oxígeno es captado por el sistema circulatorio y el alimento, atrapado entre sus filamentos, es dirigido a la boca.

Las actividades humanas han aumentado la cantidad de sedimentos, creando un peligro de asfixia al atascar con el cieno las delicadas branquias de los moluscos. Cualquier desarrollo costero tiene este perjudicial efecto: la construcción de un puerto deportivo o una escollera, el dragado de bahías o la urbanización de la costa.

Estos sensibles organismos marinos son vulnerables a la contaminación. La emisión de aguas residuales sin tratar, daña a los bivalvos al aumentar el nivel de bacterias en el agua, ocasionándoles enfermedades. Existen pruebas de que los contaminantes también pueden interrumpir su desarrollo sexual.

Sustancias hormonales como las píldoras contraceptivas, producen malformaciones en los órganos sexuales de almejas y otros bivalvos, que no pueden llegar a reproducirse.

JOYAS PARA COMER

Durante siglos, bivalvos y gasterópodos han sido recolectados por sus conchas. La satinada concha de los cauris, un tipo de gasterópodo, se utilizó como moneda en algunas zonas del océano Índico y África occidental hasta mediados del siglo XIX. En la actualidad, las atractivas conchas de moluscos se emplean en bisutería y joyería.

Otro importante aprovechamiento de los mariscos en todo el mundo es la utilización como fuente de proteínas. La mayoría son sedentarios y fáciles de capturar, especialmente en la costa o en aguas someras. Como resultado, algunas de las más populares especies comestibles han sido recogidas en exceso.

El mayor de los bivalvos, la almeja gigante, que había sido abundante en la región Indopacífica, ha sido diezmada para vender su carne, considerada una exquisitez en Japón.

Incluso algunos moluscos de aguas profundas se encuentran en riesgo, como la oreja de mar blanca. Este caracol marino disminuyó rápidamente en la costa occidental de Estados Unidos entre 1973-1978 debido a la pesca comercial y recreativa; sólo quedan unas 2.500 orejas de mar de una población que se había estimado en 4 millones de ejemplares.

TRANSPORTE ACCIDENTAL

Los barcos trasladan moluscos incrustados en los cascos de un continente a otro, a veces con graves consecuencias para las variedades locales, cuando compiten con las recién llegadas. Una situación similar se produjo con la apertura del canal de Suez, en 1869, que permitió que caracoles marinos, mejillones y almejas se difundieran libremente entre el mar Rojo y el Mediterráneo oriental. También en ocasiones, se han introducido moluscos deliberadamente para crear nuevas pesquerías.

CONCHAS EN VENTA

Recoger conchas devueltas por el mar –restos de moluscos muertos- podría ser un pasatiempo inofensivo. Sin embargo, para conseguir suficientes, los comerciantes recogen animales vivos y esto perjudica sobre todo a los moluscos más codiciados.

Las especies deseables escasean rápidamente en la costa, forzando a los pescadores a ir cada vez más lejos. Un creciente número de moluscos de hermosas y grandes conchas se encuentra en riesgo y su venta internacional  está limitada por los acuerdos de comercio como el CITES.

LAS OTRAS

En el pasado, las ostras eran una comida bastante barata, pero la sobrepesca ha reducido su población en Europa, Norteamérica y algunas zonas de Asia, hasta convertirla en un artículo de lujo. Existen más de 100 especies de ostras, muchas de las cuales son comestibles, pero la más consumida actualmente es la del Pacífico, o japonesa. Esta especie en rápido crecimiento es ideal para el cultivo, y se ha difundido por todo el mundo. Por desgracia, extiende enfermedades que resultan fatales para los moluscos autóctonos. Poblaciones de ostras comunes europeas y de ostras del Atlántico, en la costa este de Estados Unidos, se han visto afectadas.

La cría de ostras necesita aguas limpias. Incluso pequeños rastros de contaminantes son absorbidos por los moluscos, que los acumulan en sus tejidos, imposibilitando su consumo. Los biólogos marinos, utilizan a mendo bivalvos para controlar el nivel de contaminación de las aguas costeras.

Todas las otras –y otros muchos bivalvos- producen perlas, pero sólo son valiosas las de las ostras perlíferas. Para reducir la presión sobre las poblaciones salvajes, se pueden obtener perlas artificiales colocando un grano de arena o un trozo pequeño de perla en las ostras cultivadas.

 

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