REINO |
Animalia |
GÉNERO |
Panthera |
FILO |
Chordata |
ESPECIE |
P. tigris |
clase |
Mammalia |
subESPECIE |
P. t. tigris |
ORDEN |
Carnivora |
NOMBRE BINOMIAL |
Panthera tigris tigris |
familia |
Felidae |
||
El tigre es el miembro más grande de la familia de los felinos y su pelaje anaranjado con rayas negras y marcas blancas, se reconoce de inmediato.
Su tamaño, el color del pelaje y las marcas varían de acuerdo a las subespecies. Ciertas medidas de los huesos del cráneo revelan diferencias entre las subespecies insulares. Se descubrió, por ejemplo, que el tigre de China tiene las proporciones craneales claramente diferentes: la cavidad cerebral es más corta y las órbitas de los ojos están colocadas más hacia delante, lo cual hace suponer que la subespecie de China, es la más antigua, situándolo en el centro del origen de la especie. Si bien existen 8 subespecies reconocidas, 3 (el tigre del Caspio, el de Java y el de Bali) se extinguieron desde los años 50; las 5 restantes se encuentran en peligro de extinción, de las cuales la de Bengala es la más numerosa; sus ejemplares constituyen cerca del 80% de la población total de la especie.
La distribución geográfica del tigre se extendió antaño hasta Turquía oriental y occidental, pero ahora se ha restringido a pequeñas áreas al sur y este de Asia. El hábitat del tigre varía mucho, desde la selva tropical del sudeste de Asia, hasta los bosques de coníferas de Siberia, pero sus requerimientos básicos son un refugio denso, acceso al agua y presas suficientemente grandes.
Debido a que caza principalmente de noche, obtiene en su mayoría ciervos y cerdos salvajes, y ganado vacuno en algunas regiones, pero también se alimenta de animales más pequeños, entre los que se incluyen monos, aves, reptiles y peces. Come carroña sin dificultad. Los tigres también atacan a rinocerontes jóvenes y elefantes.
Pueden comer hasta 40 kg. de una sola vez, y regresar luego con una gran cacería para 3 o 6 días. Los tigres son generalmente solitarios, pero no necesariamente antisociales. Un macho es visto ocasionalmente descansando o alimentándose junto a una hembra y sus cachorros; los tigres también pueden viajar en grupos.
Las cinco subespecies supervivientes de tigre difieren notoriamente una de la otra. En general, aquéllos de las áreas del sur son más pequeños y de un color más intenso que sus parientes del norte, que son más grandes y pálidos. Los tigres que habitan en climas fríos suelen tener un pelaje más espeso.
El tigre de Bengala, el más común dentro de las subespecies, muestra el clásico pelaje de un tigre: de color anaranjado con la parte inferior, las mejillas y el área de los ojos de color blanco, y marcas negras características. Las rayas de un tigre, que van desde tonalidades café hasta el negro intenso, varían en número, ancho y tendencia a separarse. No existen dos tigres con marcas idénticas.
Se encuentra en la India, Bangladesh, Bután, Birmania y Nepal. Es una especie en peligro, y en la actualidad, la mayor parte de los tigres en el mundo viven en cautiverio. El tigre es el animal nacional de Bangladesh y la India. Es un animal solitario y territorial, que generalmente habita selvas densas, pero también áreas abiertas, como sabanas.
Es un depredador formidable, cuyos grandes caninos, largas uñas retráctiles y poderosas extremidades anteriores, le permiten derribar en solitario presas mucho mayores que él. Además, corren velozmente, pero no persiguen a la presa mucho rato, sino que practican el acecho y la emboscada. Cuando el tigre está al acecho, aprovecha el más mínimo escondrijo. Avanza cautelosamente, poniendo cada pie en el suelo con sumo cuidado. Se agazapa tras pequeños arbustos y rocas o se mueve al amparo de un ribazo, siempre sin perder de vista a la presa. Ayudado por las rayas de su pelaje, que rompen la silueta de su cuerpo, el tigre progresa poco a poco, acortando pacientemente la distancia que le separa de la presa, o esperando a que ésta se acerque. Cuando se encuentra a unos 10 o 15 metros de la víctima, el tigre se encoje y se lanza súbitamente sobre ella, cubriendo el tramo final en unos pocos saltos.
Suele lanzar el ataque desde el costado o desde atrás, de manera que la víctima recibe el primer impacto en los cuartos traseros. El choque puede derribar a la presa, o desequilibrarla en su huida, con lo que el tigre tiene tiempo de sujetarla con las garras. Con las patas traseras apoyadas en el suelo, intenta tumbar a la presa o ponerla en una posición que le permita asestar rápidamente un mordisco fatal. Es un momento peligroso, pues el tigre, aún con la ventaja de la sorpresa, se arriesga a recibir una herida que le podría debilitar. La velocidad, la experiencia y la concentración, son fundamentales: se calcula que únicamente en el 5% de los ataques el tigre cobra la pieza.
Cazan sobre todo entre el crepúsculo y el alba, periodo en el que sus presas también están activas. Suelen descansar desde media mañana hasta media tarde, pero no es extraño que cacen durante el día, sobre todo si se trata de una hembra con crías. Recorren grandes distancias en busca de sus presas, no siendo raro que anden entre 8 y 24 km. en el transcurso de una noche infructuosa. Suelen emplear los caminos y senderos, pues desplazarse por ellos es mucho más rápido, silencioso y fácil que avanzar a través de la espesura.
Los tigres nadan asombrosamente bien y raramente se encuentran lejos de ríos u otras masas de agua, en las que se bañan con visible satisfacción. Viven perfectamente en los extensos manglares húmedos de la desembocadura de los ríos, donde en ocasiones atraviesan nadando estuarios de más de 5 km. de ancho.
En zonas donde los recursos de agua son escasos, los tigres adultos pueden coincidir en lugares a los que acuden a beber y refrescarse durante el día. En estas reuniones pueden encontrarse una hembra, sus cachorros y el macho adulto del lugar. A veces puede unirse al grupo una hija mayor, pero nunca otro macho adulto.
Los tigres dejan marcas olorosas en su territorio para indicar que la zona está ocupada. Este acotamiento es un método pasivo de defensa, aunque no evita por completo las luchas. Las marcas olorosas proceden de orina rociada sobre los árboles y arbustos, heces y orina dispuestas en lugar prominente, marcas de arañazos en los árboles y rascadas hechas rastrillando hacia atrás con las patas posteriores. Ambos sexos renuevan periódicamente las marcas olorosas, marcando con mayor frecuencia aquellas zonas donde es más probable el contacto con los tigres vecinos.
Un estilo de vida más o menos solitario ofrece ventajas a ambos sexos en lo que se refiere a la caza, el apareamiento, la reproducción y el cuidado de las crías. El uso común de ciertas zonas podría provocar interferencias y la disminución de las posibilidades de caza, pues las posibles presas de una zona donde haya estado cazando un tigre, estarán más alertadas y confiadas.
Los territorios de los tigres machos están muy poco solapados. De esta forma excluyen a sus competidores y tienen acceso exclusivo a las hembras para aparearse. Para los machos el factor limitante son las hembras; el territorio de uno de ellos puede abarcar el de dos o tres de ellas, más limitados. Un macho amplía rápidamente su territorio tras la muerte de un macho vecino, con ello aumenta el número de hembras con las que aparearse.
Si bien el macho no se ocupa directamente de ayudar a la hembra a criar a los cachorros, la exclusión de otros machos, disminuye la competencia por recursos que las hembras necesitan y también la posibilidad de infanticidio. Para las hembras, que tienen que matar periódica y regularmente para sacar adelante a sus crías, la expulsión de otras hembras les facilita la disposición de comida, cobijo y un lugar seguro para criar.
El trabajo de cuidar a las crías recae sobre la hembra, que después de alcanzar la madurez sexual, a la edad aproximada de tres años, suele estar gestante o cuidando de sus cachorros más o menos durante los siguiente doce años.
La tigresa tiene una camada cada dos o dos años y medio. Una tigresa típica que viva 15 años, puede tener unas cinco camadas. Este tiempo comprende periodos de gestación de unos 103 días, seguidos de 18 a 20 meses de crianza de los jóvenes. Pocas veces se conoce el número de componentes de la camada, pero parece ser que las de dos o tres cachorros son bastante comunes. Los pequeños pueden morir a causa del hambre o de enfermedades, y alguna vez, víctimas de la depredación por parte de cánidos salvajes, hienas rayadas o el hombre.
Las crías nacen ciegas y desvalidas, y normalmente la madre no se separa de su lado durante los dos primeros días. A partir de entonces nunca se encontrará a mucha distancia, alejándose únicamente durante cortos periodos para beber y cazar. Durante el primer mes, el territorio de la tigresa se encoge hasta a un cuarto de su extensión habitual. A medida que los jóvenes maduran, el territorio vuelve a ensancharse, y cuando comienzan a acompañar a la madre en sus excursiones de caza, el territorio habrá cobrado su extensión anterior.
Los jóvenes dependen de la leche materna durante 6 u 8 semanas, tras lo cual la madre empieza a llevarles presas muertas. Los cachorros machos crecen más deprisa que sus hermanas; al año de edad son claramente mayores y más independientes que ellas y a veces pasan un día entero separados de la madre.
A los 16 meses los tigres tienen los caninos completamente desarrollados, pero todavía no saben matar muy bien, ni siquiera a los animales domésticos.
A los 18 meses los machos pesan unos 135 kg, 46 kg. más que sus hermanas. A esta edad los cachorros de ambos sexos empiezan a matar por su cuenta y, si bien usan el territorio de la madre, suelen pasar periodos prolongados de tiempo lejos de ella. La edad a la que los tigres jóvenes se dispersan desde su territorio natal, varía entre los 18 y los 30 meses, lo cual depende, sobre todo, de si la madre tiene o no una nueva camada. La mayoría de los jóvenes abandonan su territorio dos o tres meses después de que haya nacido otra camada, que es cuando los cachorros pequeños empiezan a seguir a la madre.
El proceso de dispersión en sí puede durar más de un mes, durante el que se realizan viajes exploratorios, más largos en los machos que en las hembras. El hecho de que las hembras no vayan tan lejos, se debe a la tendencia de las hijas a establecerse cerca del territorio de su madre. Algunas hijas no abandonan nunca el territorio de su madre, e incluso pueden llegar a expulsarla. Las tigresas viejas desterradas, mueren de hambre o a causa de violentos encuentros con otros tigres.
La caza ilícita, la pérdida del hábitat y la falta de presas debido a la caza indiscriminada, presentan las más grandes amenazas a los tigres del mundo, que sobreviven en poblaciones aisladas. Aunque están protegidos en la mayoría de las áreas donde se encuentran, aún son cazados ilícitamente, principalmente por sus pieles y para el uso en la medicina tradicional china.
Existen varios proyectos, como el del Parque Nacional Chitwan, en Nepal, para monitorear las poblaciones de tigres e identificar las medidas de conservación necesarias. Se han constituido grupos encargados del control de la caza ilegal y existe una campaña internacional para educar a los consumidores de remedios tradicionales chinos, acerca del papel que ellos desempeñan en la disminución de estos bellísimos animales.
El número de tigres que pueden vivir comprimidos en un parque es limitado. Para que los tigres continúen viviendo en estado salvaje, las estrategias de manejo futuras no pueden basarse únicamente en meter «con calzador» más y más individuos en parques y espacios protegidos. Más bien tendrán que centrarse en crear formas innovadoras de que tigres y hombres compartan el mismo espacio.
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