TAMAÑO |
22-25 kg 53-64 cm |
ACICALAMIENTO |
Normal |
ADIESTRAMIENTO |
Normal |
COLORES |
Negro, beis, gris |
El GRIFÓN DEL NIVERNAIS guarda un estrecho parentesco con el Canis segusien, perro de capa lanuda, larga y oscura, que convivió con los autores de las pinturas rupestres de Lascaux. Esta raza tiene su origen en los sabuesos de capa dura, criados durante siglos en las tierras altas de la Francia meridional, donde en las colinas boscosas controlaban a los lobos y los jabalíes.
Sabueso francés utilizado en la caza a caballo de diversos animales, que manifiesta una particular aptitud y ardor en el seguimiento del jabalí, tanto al descubierto como en los terrenos más difíciles.
El grifón de nivernais, descendería de los perros seguisianos utilizados por los Galos, y de los perros grises de Saint Louis. Este perro estuvo en gran boga durante 200 años, hasta el reino de Luis XI, luego fue desalojado de las jaurías reales por Francisco I, quien prefirió los perros blancos. Sin embargo, ciertos hidalgos del Nivernais lo conservaron hasta la Revolución Francesa.
Este es un perro enmarañado, típico de su género, robusto, muy rústico e hirsuto. Las extremidades y los músculos son delgados. Es más alargado que el vendeano, y con pies más grandes y largos. Una jauría de cuatro o cinco ejemplares, seguirá a su presa a través de terreno accidentado a un ritmo constante, demostrando su destreza en la caza del jabalí.
Es un perro que se utiliza más por su capacidad para trabajar por largos períodos que por su rapidez. Su aspecto es un poco triste, pero no temeroso.
Perro de olfato muy fino, tenaz, gusta sobre todo de los terrenos difíciles y de las malezas.
Excelente cobrador, muy buen cazador, es valiente sin ser temerario. Su valentía y su espíritu de iniciativa permiten que pueda ser utilizado con éxito en pequeños grupos para la caza del jabalí. Aunque es fácil confiarle el rastro de este animal, a veces se muestra obstinado e independiente, tanto es así que su amo deberá saberlo hacer obedecer desde la más tierna edad.
Intrépido y dotado de gran valor, no muestra ningún temor en atacar, incluso solo, en el bosque más tupido y cerrado, exhibiendo al mismo tiempo una gran resistencia y un buen olfato.
No es excesivamente veloz, tiene su mejor rendimiento en los terrenos accidentados, donde la velocidad no es el factor más importante.
Este tipo de sabueso en un tiempo muy difundido, como se desprende de numerosos testimonios irrefutables, era ciertamente de tamaño más grande. Esta raza comenzó su lenta pero inexorable declinación hacia finales del siglo pasado, hasta llegar a un paso de la extinción total.
Fueron unos pocos apasionados quienes la salvaron recuperando los pocos ejemplares sobrevivientes e intentaron afirmarla cruzándola, por obvios motivos de sangre, con perros de Gascuña y La Vandée.
Esto ha tenido como consecuencia que hoy no haya una gran homogeneidad entre los ejemplares existentes, que revelan claramente la aportación de sangre de otras razas.
Más allá de todo esto, queda el hecho positivo de que esta raza ha sido salvada aún siendo desconocida fuera de los límites de Francia.
El tamaño medio es de 51 a 61 cm, con una tolerancia de 3 cm. en más para los machos. Ideal entre 54 y 58 cm.
La cabeza es descarnada y liviana, relativamente larga. Mentón con un poco de barba. Frente unida a la caña nasal por un stop poco marcado pero en apariencia mucho más evidente a causa del pelo hirsuto que hay encima de las cejas. Cráneo casi plano.
Los ojos preferentemente oscuros. Las orejas nacen a la altura de los ojos, son suaves, bastante peludas, de longitud y anchura media, arrugadas hacia el extremo.
El cuello bastante liviano y enjuto, carente de papada.
Las extremidades anteriores son aparentemente gruesas a causa del pelo, pero en realidad son enjutas. Hombros ligeramente inclinados, enjutos, bien pegados al cuerpo. Vistos de perfil, cuando el perro está en reposo, poco echados hacia atrás con respecto a la vertical. Los metacarpos no son largos.
Pecho que cae mucho hacia los codos. Esternón poco desarrollado en anchura. Caja torácica profunda en longitud, ensanchándose hacia las últimas costillas, más redondeada con respecto a las primeras que son más planas. Dorso alargado. Flanco un poco retraído. Grupa relativamente oblicua. Muslos enjutos, relativamente planos. Corvejones caídos y un poco curvados. Pies ligeramente alargados con dedos sólidos.
La cola, de buen emplazamiento, no es muy larga, el perro la lleva a manera de sable.
El pelaje es largo, fuerte, duro, hirsuto y tupido. Colores: gris lobo o gris-azul, gris-jabalí, negro-marengo con manchas fuego en las mejillas, sobre los ojos, en las extremidades; menos frecuentemente leonado y tricolor.
Se presta a seguir cualquier cosa que se mueva, y no es adecuado para la obediencia.
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