Gatos de Raza

Persa

NOMBRE
Persa
OTROS NOMBRES
Longhaie (Reino Unido)
CONSTITUCIÓN
Cobby
COLORES
Sólidos, tabby, tortuga, bicolor, punteados
       

Aunque todo el mundo a ambos lados del Atlántico, sabe qué aspecto tiene un gato  PERSA y emplea el término con libertad, en este grupo se incluyen algunas variedades, como los chinchillas, que en Norteamérica se adscriben a razas diferentes. Los gatos que se comentan en esta sección, podrían denominarse persas «comunes».

Tipo: tamaño mediano, macizo.

Cabeza: redonda, maciza, abombada, orejas pequeñas y redondeadas con penachos de pelo, ancha en la zona del hocico, nariz corta y ancha.

Ojos: grandes, redondos, expresivos. Color según la variedad.

Cuerpo: macizo, musculoso, patas cortas, pecho ancho y profundo.

Cola: corta, con pelaje denso.

Pelaje: sedoso, suave, largo y denso.

Colores: pelajes unicolores (negro, azul, crema, chocolate, lila, rojo); blanco, torituga, smoke; bicolores, arlequín, van; tabby; silver y golden; colourpoint.

Característica
: Pura opulencia. El clásico entre los gatos de pelo largo.

Para muchos, el persa es el gato doméstico de lujo por excelencia, una raza asociada a la riqueza y el poder. Esto se debe sin duda a que los primeros ejemplares se introdujeron en Europa hace 300 años a través de los viajeros que llegaban de Oriente y obsequiaban con ellos a mecenas de la nobleza, de manera que el persa se convirtió en el gato de la aristocracia.

La introducción de los primeros persas en Europa se atribuye al viajero italiano Pietro della Valle (1586-1652), que vivió cuatro años en Persia, aunque la primera referencia europea a gatos de pelo largo, data de 1520. En las crónicas de sus viajes, publicadas póstumamente, Pietro della Valle describía el manto de los persas como «suave como la seda y tan largo que forma tirabuzones en algunas partes y especialmente debajo del cuello». El persa se erigió rápidamente el gato predilecto de la corte europea y pasó de Francia a Gran Bretaña, donde se conocía como gato francés.

Según parece, en el siglo XIX los criadores británicos permitieron e incluso fomentaron los cruces con el angora turco. Aunque existen diferencias entre ambas razas, se clasificaron y expusieron juntas, dentro de la categoría de «gatos de pelo largo». Posteriormente, y como consecuencia del interés por el persa, el angora turco prácticamente se extinguió, hasta que en los años cincuenta se recuperó con especímenes turcos.

Para algunos representa la culminación en lo que respecta a las razas nobles de gatos, para otros supone una pesadilla por lo mucho que hay que cuidarlo; pero a pesar de todo, durante casi un siglo el gato persa ha conseguido ser el gato de lujo más apreciado en el mundo.

Es la raza ideal para los que buscan un gato de hermoso pelaje, con cara de muñeca, mimoso y con un temperamento tranquilo.

El persa puede perfectamente habitar en un piso y vivir en familia. Ideal para convivir con niños (siempre que estos aprendan a respetar sus siestas). Ideal para personas que puedan dedicarle tiempo, ya que necesita el cariño de sus amos y su pelo requiere cuidados diarios.
 
No es apropiado para quienes no estén dispuestos a dedicar diariamente un rato al cuidado de su manto. Tampoco para aquellos que buscan un gato independiente al que no prestar demasiada atención. No se recomienda para quienes pasan muy poco tiempo fuera de casa, es una raza que necesita de la presencia y dedicación de sus amos.
 
Es un gato dulce, de temperamento muy tranquilo y pacífico. Un gran dormilón. Tiene una gran necesidad de afecto y requiere de frecuentes muestras de cariño por parte de sus amos. Le encanta que le adulen y hacer ostentación de su extraordinaria belleza. Carece totalmente de ese instinto salvaje del que hacen gala otras razas, es más, ni siquiera tiene instinto cazador, lo cual es sorprendente en un gato. Es un gran observador. Poco expresivo. Apenas tiene necesidad de movimiento.

Los gatos persas pertenecen a una de las razas más antiguas que se conocen. Muchas otras razas artificiales deben su calidad a la influencia de este peludo y majestuoso felino.

La reina Victoria se hizo con una pareja de bellezas azules de pelo largo y se convirtió en ejemplo para muchos aficionados a los gatos. En todas partes aumentó la demanda de gatos similares, pero éstos eran escasos y resultaban muy difíciles de conseguir.

A partir de 1870 se puede hablar ya de una cría selectiva destinada a fijar y mejorar la cara de muñeca del gato persa. Desde entonces se ha trabajado muchísimo para poder proporcionarnos una de las más espectaculares razas de gatos que existen.

Actualmente existen gatos persas con una gran variedad de colores y pelajes. La hermosa variedad plateada, se divide a su vez en chinchilla (la de lomo más claro) y silver shaded (la variante oscura).

Para mucha gente, los persas son un sueño convertido en gato. En las exposiciones, los curiosos se aglomeran ante las jaulas de estas bellezas, y ante ninguna otra raza se escuchan tantos comentarios de admiración como sucede con estos majestuosos representantes del mundo gatuno.

Pero la difusión de esta raza también acarrea sus peligros: no todos los criadores son lo serios que debieran, y no todos realizan sus cruzamientos teniendo en cuenta la pureza y la salud de la descendencia; por este motivo conviene dedicar mucho tiempo a buscar un criador competente y visitarlo para observar de cerca sus animales y sus instalaciones. Y también hay algo más que conviene tener muy en cuenta antes de comprar un gato persa:

CUIDADO DEL PELAJE

El denso y suave pelaje del gato persa exige un cuidado constante y meticuloso. El que se decida por una de estas bellezas de pelo largo, deberá aceptar que el hecho de cepillar y peinar a su gato es algo que pasará a formar parte de la rutina diaria. De lo contrario, el pelo se enreda, aparecen problemas de piel, y al final, no hay más remedio que cortarle el pelo.

Pero la tijera nunca es una alternativa fácil de aceptar para el orgulloso propietario de un gato persa: pueden pasar meses antes de que el felino recupere toda su belleza.

Durante los dos cambios de pelo que se producen a lo largo del año, hay que aumentar aún más los cuidados. Después de la muda, las variedades plateadas incluso, parecen más oscuras de lo normal.

Los gatos son animales muy limpios. Cada día dedican varias horas a su aseo personal y se ocupan de mantener su pelaje en orden. Los gatos de pelo corto se bastan por sí mismos para cuidar del pelaje, pero éste no es el caso de los de pelo largo. Necesitan ayuda humana, y los persas son un magnífico ejemplo de esto. Si no se les cuida a diario, no tardan en tener serios problemas de higiene y de salud. No existe otro modo de hacerlo.

CARACTERÍSTICAS

El persa es de constitución cobby, con patas cortas y gruesas, cabeza redonda, nariz chata y ojos grandes. La cola acaba en un penacho y el manto es abundante y grueso. El pelaje y los ojos presentan colores diversos.

Las camadas de gatos persas suelen ser pequeñas, de dos o tres crías, y aunque las hembras son buenas madres, los cachorros con frecuencia son muy delicados al nacer y requieren mucha atención durante las primeras semanas de vida. El fino pelaje del persa empieza a formarse entre las seis semanas y los dos meses, pero no se desarrolla plenamente hasta los dos años de edad.

En general un persa debe tener una cabeza ancha y redonda, con una nariz chata pero respingona y pómulos llenos. Las orejas son pequeñas y con la punta redonda, están bien separadas, desviadas hacia delante y colocadas en la parte baja de la cabeza, y presentan largos mechones de pelo en el interior. En Estados Unidos existe una preferencia por un stop pronunciado en el puente de la nariz. Los ojos deben ser grandes y redondos, estar separados y ofrecer una mirada dulce.

El cuello deber ser corto y grueso, y el cuerpo, robusto y redondeado, con el pecho, los hombros y los cuartos traseros anchos. Los pies deben ser bastante grandes y redondeados, y estar bien recubiertos de pelo. En cuanto al manto, tiene que ser largo, sedoso, suelto y brillante. Se aprecian especialmente los collares de pelo sobre las patas delanteras y entre ellas, realzando la cabeza. La cola debe ser corta, y colgar por detrás del cuerpo, no sobre él.

 

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