Gatos de Raza

Bosque de Noruega

NOMBRE
Bosque de Noruega
OTROS NOMBRES
Norsk Skaukatt
CONSTITUCIÓN
Grande
Robusto
COLORES
Todos los colores y patrones, a excepción de los colourpoint
       

A primera vista, el  BOSQUE DE NORUEGA también llamado Norsk Skaukatt, parece similar al maine coon. De este parecido nació, sin duda, la leyenda según la cual el maine coon fue introducido en Norteamérica por los vikingos. Sin embargo, la raza noruega es originaria de Escandinavia, y uno y otro evolucionaron totalmente por separado, aunque se han adaptado a condiciones climáticas similares y tienen en común un pasado como gatos de granja.

Tipo: grande.

Cabeza: triangular; perfil recto sin ruptura, pelo con pinceles de lince en las orejas.

Ojos: grandes, almendrados, ligeramente oblicuos.

Cuerpo: fuerte, alargado, robusto; patas largas, las traseras más que las anteriores; mechones de pelo entre los dedos; musculatura considerable.

Cola: larga y peluda.

Pelaje: doble, pelo semilargo, capa interior densa y lanosa, manto impermeable y reluciente; pelo largo en espalda y flancos; gorguera, collarín y calzón bien tupidos.

Colores: todos excepto colourpoint, chocolate, lila, canela y fawn.

Característica
: Belleza nórdica con pinceles de lince en las puntas de las orejas.

Pinceles de lince en las orejas que brillan a contraluz, una melena como la de un león, una cola muy peluda y unos densos «calzones cortos» en las patas posteriores, éstas son algunas de las características del gato bosque de Noruega.

Ha conseguido desbancar a razas populares como el persa o el siamés de la lista de gatos domésticos más demandados, convirtiéndose así en el número uno. El bosque de Noruega es un animal muy sano, con instinto cazador y que necesita estar acompañado por algún miembro más de su especie. Su buen carácter le convierte en un felino muy cariñoso, tranquilo y juguetón.

Estos encantadores felinos del norte, no son tan grandes como los «Gentle giants» (maine coon), pero también alcanzan una talla espectacular. Su manto impermeable y su densa capa lanosa, le permiten aparentar un tamaño mucho mayor del que tienen en realidad. La parte inferior de sus pies está protegida por unos largos mechones de pelo que lo protegen de la nieve y evitan que se hundan en la nieve en polvo -«raquetas para la nieve»-.

Estos gatos descienden de gatos domésticos asilvestrados, por lo que son sumamente adaptables. A pesar de que sus antepasados vivían en las casas rurales de Escandinavia y llevaban una vida casi salvaje, estos grandes gatos de las frías regiones septentrionales, se adaptan perfectamente a la vida doméstica. Si disponen de un rascador bien firme, juguetes, por lo menos un compañero de su raza, se les proporciona una alimentación equilibrada y se les dedica algo de tiempo, nada impedirá que se sientan a sus anchas.

Es muy aconsejable proporcionarles un cercado al aire libre o una terraza protegida. Si se le da al bosque de Noruega la oportunidad de estar en el exterior, veremos que este robusto animal no le tiene ningún miedo al viento ni a la lluvia.

La grasa de su manto le protege de la humedad, mientras que su densa capa inferior lanosa, lo mantiene confortablemente caliente.

El bosque de Noruega es un animal sociable al que le encanta disfrutar de la compañía de los de su raza. Son gatos temperamentales que odian la soledad. No es nada aconsejable tener un solo ejemplar si uno pasa habitualmente gran parte del día fuera de casa. Incluso teniendo varios, su dueño ha de tener en cuenta que estos gatos van a necesitarlo.

La relación entre el gato y su dueño es un aspecto muy importante en el mantenimiento de esta raza: a estos adorables gatos les encanta convivir con la gente y se sienten miembros de la familia por derecho propio. Les gusta participar de todo y nunca hay que marginarlos de la vida cotidiana. El bosque de Noruega se interesa por todo lo que sucede a su alrededor.

Estos felinos, a los que en el siglo XIX se conocía como gatos-duende, son una obra maestra de la evolución. Su organismo se ha adaptado magníficamente al cambiante clima subártico de los bosques de Escandinavia. Los inviernos noruegos son gélidos, pero en verano puede hacer mucho calor. Estas condiciones tan dispares, exigen a los animales una gran capacidad de adaptación.

El bosque de Noruega es un gato grande y fuerte, con un pelaje tupido y resistente al agua, incluso más grueso que el del maine coon. El subpelo lanoso actúa de aislante, y el pelo exterior, brillante y de longitud media a larga, lo protege de la lluvia y la nieve. Sus orejas están provistas de unos mechones de pelo que las protegen del frío. También los pelos situados entre los dedos de las patas ayudan a proteger al Norsk Skogkatt del frío.

Es un trepador y cazador experto, con uñas muy desarrolladas. Se dice que es capaz de subir por paredes rocosas casi verticales. Su inteligencia, su espíritu despierto y su velocidad, se complementan con su cautela. Pese a su rudeza, el bosque de Noruega posee rasgos faciales sorprendentemente delicados, a diferencia de los del maine coon.

Aunque su país de procedencia, Noruega, queda muy claro en el nombre, lo que no se sabe con seguridad es si siempre se ha considerado como una raza original o si ha derivado del cruce de otras dos: una de pelo largo, como puede ser el angora, que fue llevado en barco a este país, con el montés, habitante de sus bosques.

El origen de estos temperamentales y adorables moradores de los bosques noruego, está envuelto en mitos y leyendas. Parece ser que, una vez, el dios Thor intentó levantar un gato bosque de Noruega, pero le resultó demasiado grande y pesado. Por lo visto, también la rubia diosa Freja sabía apreciar la fuerza de los gatos de bosque: según la mitología escandinava, el carro de Freja estaba tirado por gatos de bosque.

El boque de Noruega posee una larga historia en los cuentos populares noruegos. Aparece en una versión escandinava de El gato con botas, en la que el malo del cuento es un trol. La gata protagonista sabe que los trols mueren si les da la luz del sol, y por eso, cuando se encuentra a uno a primera hora de la noche, le da conversación hasta que amanece. En otros cuentos noruegos se habla de un gato mágico, de cara dulce y cola poblada, que vive en las montañas y sabe trepar de forma extraordinaria.

El inicio de la cría selectiva ya está mejor documentado: el estándar establecido en 1972 se basó en las características de un gato llamado «pans truls». Pero el reconocimiento de la FIFe se hizo esperar hasta 1976. En 1977, los gatos de bosque de Noruega obtuvieron por primera vez el estatus de campeones.

Según el estándar de las asociaciones felinas, el bosque de Noruega debe ser robusto, con un cuerpo y unas patas largos. Las patas traseras deben ser más largas que las delanteras y los pies deben estar separados y provistos de fuertes uñas. La cola es poblada, y como mínimo, tan larga como el cuerpo. La cabeza tiene forma triangular, y la nariz es larga, ancha y recta; no presenta stop. Los pómulos y la mandíbula son prominentes. Tiene orejas largas, erguidas y puntiagudas, situadas en lo alto de la cabeza y muy peludas. Los bigotes son largos y prominentes, y los ojos grandes y almendrados, formando un ligero ángulo.

El manto presenta dos capas: un pelo exterior que repele el agua, y un subpelo lanoso y tupido. En otoño e invierno presenta un collar abundante alrededor del cuello y sobre el pecho, pero éste desaparece en verano. Mudan de forma abundante durante la primavera y el verano, y hay que cepillarlos con frecuencia para prevenir la formación de bolas de pelo.

Las asociaciones que reconocen la raza, admiten todos los colores y patrones posibles, excepto las variantes colourpoint. Muchas variedades presentan manchas blancas en pecho y pies. El color de los ojos debe combinar con el del manto.

Es una raza fuerte, y las hembras no suelen presentar problemas en el parto. Los cachorros comienzan a desarrollar el pelaje adulto entre los 3 y los 5 meses.

En la edad adulta son gatos juguetones, cariñosos y muy activos. Deben tener acceso al exterior, y disfrutan con un jardín grande, cuanto más agreste mejor. Son inteligentes y aprenden fácilmente habilidades como abrir los pestillos de las puertas.

Aunque a simple vista es fácil confundir al maine coon con el gato bosque de Noruega, en realidad presentan diferencias significativas. El bosque de Noruega suele tener una cola más poblada y un hocico más puntiagudo. Además, los ojos son más rasgados y las orejas no están tan separadas como en el maine coon.

 

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