En los Mares y Océanos

Manatí del Caribe o de Florida

reino
Animalia
familia
Trichechidae
filo
Chordata
género
Trichechus
clase
Mammalia
especie
T. manatus
orden
Sirenia
nombre binomial
Trichechus manatus
       

El manatí común o manatí de Florida y el de África occidental, pueden habitar tanto en agua dulce como salada. Prefieren los ríos con mucha vegetación o los estuarios de aguas tranquilas, son lentos y pueden ser difíciles de observar, ya que generalmente sólo sacan la punta del hocico cuando salen a respirar.

Tienen pocos depredadores naturales (o ninguno, a excepción de la orca), pero el hombre lo sigue cazando de forma ilegal en algunas áreas y también sufren heridas y pueden morir de frío, por choques con embarcaciones e inhalación o ingestión de breve-toxinas (marea roja).

Al igual que todos los manatíes, tienen la espalda ancha, sin aleta dorsal, y la cabeza pequeña. El color del cuerpo es gris, aunque algunos ejemplares pueden parecer marrones, rojizos, blanquecinos o negros, debido a las algas y a los cirrípodos que se le adhieren. Tiene la piel desnuda y rugosa, cubierta de pelos cortos uniformemente distribuidos, sin formar un verdadero pelaje que pudiera dificultar su locomoción. Debajo de ella se encuentra una espesa capa de grasa, que le protege de la frialdad del medio en que vive. Las hembras suelen ser de mayor tamaño que los machos. Las medidas máximas son: 3,7 m para los machos y 4,1 m para las hembras, con un peso de 1.400 kg. Al nacer miden 80-160 cm y pesan 30 kg. Se les estima una longevidad de 60-70 años.

La boca tiene el labio superior hendido, sus partes laterales son tan móviles que obran a manera de tijeras, y despedazan las hojas y los tallos. Numerosas cerdas rígidas y cortas cubren los labios y actúan como verdaderos órganos táctiles. Su dentadura presenta solamente molares, que se van sustituyendo conforme se van desplazando horizontalmente hacia la parte anterior de la mandíbula, y en lugar de dientes, posee placas córneas que le sirven para masticar sus blandos alimentos.

Su cuerpo, en forma de torpedo, está dispuesto especialmente para atravesar con facilidad las aguas, en las que pasa su vida entera. Cabeza, cuello, tronco y cola se reúnen íntimamente formando un solo cuerpo, cilíndrico y fusiforme. Carece de orejas y su sentido más desarrollado es el de la vista.

El manatí de Florida vive todo el año en las costas, estuarios y ríos principales de Florida y el sur de Georgia. En los meses más cálidos, puede llegar, a lo largo de la costa atlántica, tan al norte como la isla de Rhode y tan al oeste como la costa del golfo de México, pasado Louisiana. En invierno, se concentra en Florida, refugiándose en los manantiales de aguas cálidas o cerca de los complejos industriales que vierten aguas residuales calientes.

Es un animal tímido e inofensivo. Forman grupos efímeros que suelen asociarse al apareamiento o a la explotación de determinados recursos, como alimento, agua dulce o agua caliente. La unidad social básica es la díada maternofilial. Madres y crías se comunican mediante chillidos agudos y chirridos. Ante un peligro, las madres se suelen colocar delante de las crías. A veces, intentan alejar a los intrusos (buzos por ejemplo), pero suelen huir con sus crías, mientras vocalizan intensamente. Estos manatíes pasan de seis a ocho horas diarias alimentándose. Descansan de dos a cuatro horas diarias cuando hace calor, y hasta ocho cuando hace frío. Manifiestan un fenómeno denominado «facilitación social», coordinando comportamientos como respirar, descansar y desplazarse. Los estudios telemétricos de Brasil sugieren que las hembras se desplazan muy poco, mientras que algunos machos se mueven mucho dentro de un ámbito de unos 100 km; algunos estudios han detectado un patrón similar en Florida. Los manatíes de Florida se desplazan hasta 50 km diarios y recorren hasta 500 km en sus migraciones estacionales.

Es el único mamífero marino completamente herbívoro. Su alimentación consiste en una gran variedad de plantas acuáticas y semiacuáticas, y a veces plantas que crecen en los bancos de arena. Los labios prensiles recubiertos de cerdas, están adaptados para coger y arrancar plantas, tarea en la que también participan las flexibles almohadillas labiales, que ayudan a introducirlas en la boca. En ocasiones también usan las aletas pectorales para sostener y manipular la vegetación. En Jamaica roban peces de las redes en contadas ocasiones.

Como todos los mamíferos, el manatí necesita respirar aire. Puede permanecer sumergido durante 20 minutos, aunque lo normal es que suba a la superficie cada uno o cuatro minutos. Cuando se sumerge, los dos orificios nasales, localizados en su trompa, se cierran para evitar que entre agua.

El manatí es mamífero monógamo. Le toma cinco años alcanzar la madurez sexual. A partir de esa edad las hembras pueden parir una cría cada dos o tres años.

El período de gestación es de 13 meses, uno de los más largos en el reino animal. Durante los dos primeros años, la madre amamanta a sus crías con sus glándulas mamarias localizadas debajo de las axilas. Ésta es la relación social más fuerte dentro de esta especie.

Solamente la hembra se encarga de cuidar la cría, dándole leche hasta que sus dientes están bien formados para comer alimentos duros.    

Existen cuatro especies del género Trichechus:

Trichechus manatus: Manatí del Caribe o de Florida. Se distribuye por las costas y los ríos desde México hasta el noroeste de Suramérica incluyendo el Gran Caribe.

Trichechus senegalensis: Manatí africano. Estos animales se encuentran en hábitats costeros y en estuarios, y en ríos de la costa oeste de África, desde el Río Senegal hasta el Río Kwanza en Angola, incluyendo zonas de Gambia, Liberia, Guinea-Bissau, Guinea, Sierra Leona, Costa de Marfil, Ghana, Mali, Nigeria, Camerún, Gabón, República del Congo, y República Democrática del Congo.

Trichechus inunguis: Manatí amazónico. En las pocas plantas que se desarrollan bajo las turbias aguas de curso lento del gran río Amazonas y sus afluentes, se encuentra su hábitat.

Trichechus bernhardi: Hace poco se ha descubierto una población diferente en el rio Aruainho, de aguas claras y rápidas, que puede ser considerada como otra especie: el Manatí enano.

Está protegido en todo su ámbito. En Florida lo está desde el siglo XIX, y actualmente también lo está por la Florida Manatee Sanctuary Act de 1978, y por la U.S. Marine Mammal Protection Act de 1972. Se sigue cazando furtivamente por su carne, su grasa y sus huesos, que se emplean en algunos remedios populares. Sus costillas se tallan y se venden como joyas. También está amenazado por el creciente desarrollo de las áreas costeras, los choques con embarcaciones a motor, las redes y las palangres, la ingestión de restos de aparejos pesqueros y los choques y ahogamientos favorecidos por las infraestructuras hidroeléctricas.

Todos estos factores, sumados a su lenta tasa reproductiva, han contribuido a que se haya incluido en las listas de especies en peligro de extinción. En la actualidad está prohibida su caza y cualquier otra acción que ponga en peligro la supervivencia de un manatí.

Aunque las características del agua, turbia y con mucha vegetación, dificultan el cómputo, en los censos de 2001 se estimó que había al menos 3.200 manatíes de Florida en las costas del Atlántico y golfo de México. En esta especie, el número de muertes debe estar muy cerca de nacimientos, si es que no lo supera en algunas regiones. Sus poblaciones parecen haber crecido en los últimos 30 años, pero no se sabe si esto continuará debido al incremento de las muertes relacionadas con el hombre.

 

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