REINO |
Animalia |
FAMILIA |
Delphinidae |
FILO |
Chordata |
subFAMILIA |
Orcininae |
CLASE |
Mammalia |
GÉNERO |
Orcinus |
ORDEN |
Cetacea |
ESPECIE |
O. orca |
subORDEN |
Odontoceti |
nombre binomial |
Orcinus orca |
La aparición de orcas comunes en el cine y la televisión, y su presencia en los acuarios de todo el mundo, ha convertido a esta especie en un icono. En 1960 las orcas eran temidas y perseguidas, pero cuando algunas fueron capturadas y amaestradas, la imagen que el público tenía de ellas se transformó por completo, y hoy en día son muy apreciadas. Son uno de los cetáceos más estudiados, en gran parte gracias a la labor de los investigadores de la costa occidental de América del norte, que han estudiado, durante más de tres décadas, las que viven en las costas de Washington, la Columbia Británica y Alaska.
La población mundial parece estar integrada por subpoblaciones especializadas, cada una adaptada para explotar los recursos disponibles en un área concreta. En este sentido, se parecen bastante a los lobos. Algunos científicos argumentan que las diferencias en morfología genética, ecología y comportamiento entre diversos grupos, son suficientes para distinguir varias razas, subespecies y tal vez, incluso especies diferentes.
Las orcas son el miembro de mayor tamaño dentro la familia de los delfines y, posiblemente, el cetáceo que posee una distribución mundial más amplia.
Es cosmopolita, y no está limitada por factores ambientales como la temperatura o la profundidad del agua. Las mayores densidades se producen en latitudes altas, sobre todo en áreas donde abundan sus presas. Sus movimientos parecen reproducir los de sus presas favoritas, o ajustarse a los cambios en la disponibilidad y la vulnerabilidad de las presas, frecuentando, por ejemplo, las áreas donde desovan los peces o crían los otáridos en los momentos adecuados. En el Antártico, en el verano, la mayoría se colocan cerca del límite del hielo y en los canales que se forman en las placas, donde cazan rara vez misticetos, pingüinos y focas. No se sabe hacia dónde migran en otras épocas. Algunas tal vez permanezcan en el Antártico todo el año. En el Ártico, rara vez se acercan al límite del hielo o se desplazan entre los hielos flotantes. En el estado de Washington y la Columbia Británica, se han identificado manadas «residentes» y «transitorias», aunque ambos tipos se ven durante el año. Algunos individuos tienen ámbitos distributivos muy extensos (los hay que se desplazan entre Alaska y California).
Tienen el cuerpo muy robusto. Su cabeza es cónica y carece de pico bien definido. La aleta dorsal es alta, está ubicada a media espalda; es grande y prominente y de forma muy variable: falciforme en las hembras y los jóvenes, enhiesta y casi acabada en pico en los machos adultos. Sólo en el macho adulto la aleta continúa creciendo hasta que llega a tener la forma de una vela triangular de hasta 1,8 m. de altura. Las pectorales son grandes, anchas y redondeadas. La orca común tiene de 10 a 14 pares de dientes grandes y puntiagudos en ambos maxilares.
Su pigmentación consiste en áreas blancas y negras contrastadas. La zona ventral, continúa desde la mandíbula inferior hasta el ano, se estrecha entre las aletas pectorales y se ensancha detrás del ombligo. La cara inferior de las aletas caudales y del pedúnculo también es blanca. La espalda y los costados son negros, salvo las franjas blancas de los flancos, que son prolongaciones del blanco de la región urogenital, y los parches ovales se sitúan algo por encima y por detrás de los ojos. En la espalda, detrás de la aleta dorsal, presenta una franja oblicua entre gris y blanca, de tamaño y forma variables.
Estos cetáceos sólo presentan dimorfismo sexual en lo referente al tamaño, pues los machos pueden medir entre 6-8 metros de largo, con un peso de hasta 6 toneladas, aunque se ha comprobado que los machos especialmente largos han alcanzado cerca de 8 t., mientras que las hembras alcanzan entre 5-7 m. y un peso de entre 4 y 5 toneladas. Sin embargo, el peso de las orcas adultas puede variar desde los 2.500 a los 7.300 kg. La orca más grande documentada fue un macho en las costas de Japón, con unas medidas de 9,8 metros de largo y 8 toneladas de peso.
Las crías, nada más nacer, pesan sobre 180 kg y miden 2,4 m. de longitud. La fuerza y gran tamaño de las orcas, las convierte en uno de los mamíferos marinos más rápidos, a menudo alcanzando velocidades de hasta 56 km/h.
Comen desde peces pequeños hasta ballenas y cachalotes. Capturan tortugas marinas, nutrias, sirenios, tiburones, rayas e incluso renos y alces. Las manadas tienden a especializarse en tipos diferentes de presas. Algunas dependen del salmón, el atún o el arenque; otras acechan las guaridas de los pinnípedos o siguen las poblaciones migratorias de las ballenas para capturar presas grandes y maximizar la captura de presas más pequeñas, rotando para alimentarse cuando acosan y cercan bancos de peces. Roban peces de palangres y cañas de pescar, se alimentan de la carroña que desechan los pescadores y consumen selectivamente las lenguas de los misticetos. El comportamiento de muchas de sus presas puede estar influenciado por el terror que las orcas les provocan: los pinnípedos salen del agua y se refugian en tierra firme o en el hielo, y las ballenas y delfines se acercan a la orilla o bien se esconden en las grietas del hielo.
Las orcas pueden ser solitarias o pueden llegar a formar grupos de hasta 50 individuos. Estos animales tienden a cooperar en la caza, en especial cuando se alimentan de animales de sangre caliente como pingüinos, pinnípedos y cetáceos. En distintos lugares del hemisferio sur, las orcas llegan a salir a la orilla unos instantes para capturar a las focas o a los leones marinos que se encuentran en la zona donde rompen las olas. Las orcas residentes en un lugar determinado, pueden ocupar un área de cientos de kilómetros cuadrados, mientras que las transeúntes, cruzan una zona rápidamente, y llegan a recorrer más de 1.000 km. de la línea costera en cuestión de días.
El dimorfismo sexual existente en las orcas podría hacer alusión a una sociedad reproductora de tipo polígamo, con un macho como líder del grupo que se aparea con varias hembras. Sin embargo, los grupos de orcas que han sido estudiados tienden a ser muy estables durante toda su vida. Por consiguiente, es probable que el apareamiento no ocurra entre los miembros de un mismo grupo, sino entre los de distintos grupos, a fin de mantener al mínimo el cruzamiento entre individuos emparentados.
La población que reside en aguas de Washington y de la Columbia Británica cría todo el año (la mayoría de nacimientos se producen en otoño y primavera). El intervalo promedio entre nacimientos consecutivos es de cinco años. Las hembras dejan de reproducirse con unos 40 años. Los estudios de animales en condiciones de cautividad sugieren que la gestación dura de 15 a 18 meses. Aunque enseguida consumen alimentos sólidos, siguen amamantando al menos durante un año, y es posible que no se desteten totalmente hasta los dos años.
Las orcas emplean un sistema de ecolocación que consiste en la emisión de sonidos a modo de golpecitos secos de alta frecuencia desde sus cabezas, que rebotan en sus presas o en otros objetos, y cuyos ecos permiten a estos cetáceos «ver» gracias al sonido. Se comunican entre sí mediante la emisión de una serie rápida de golpes secos, que suenan a modo de chillidos. Cuando van a la caza de mamíferos marinos, los cuales tienen un oído muy agudo bajo el agua, las orcas pueden mantenerse en silencio durante horas.
Las orcas constituyen un animal mitológico para muchos pueblos indígenas, sobre todo para los nativos de la costa pacífica del noroeste de América. No han sido cazadas en exceso por el ser humano, aunque eran capturadas por algunos balleneros que operaban cerca de la costa. Algunos pescadores de bajura consideran a las orcas como competidores en el aprovechamiento de los recursos pesqueros. Estos cetáceos han sido capturados en aguas del Pacífico noroeste y de Islandia para exhibirlos como atracción en los acuarios.
En América del Sur, más precisamente en la Península de Valdés (Argentina), este mamífero marino se alimenta de una forma única entre todas las poblaciones de orcas. Entre los meses de febrero hasta abril (en Punta Norte), y entre septiembre y octubre (en Caleta Valdés), estos cetáceos utilizan una técnica de caza muy particular, el varamiento intencional. Esta técnica consiste en tomar a su presa (lobos y elefantes marinos) cuando ésta se encuentra próxima a la orilla del mar. Las orcas identifican a su presa a través de la ecolocación (emisión de sonidos) y no visualmente. Esta caza tan particular es muy arriesgada, puesto que es muy alta la posibilidad de que durante el intento de atrapar a su presa la orca quede varada permanentemente. Otra particularidad de esta forma de alimentarse es la baja tasa de éxito, siendo éste un punto importante debido al alto desgaste calórico que realiza el animal. Comportamientos similares se han observado en las islas Crozet, al sur del continente africano, con la diferencia de que en este caso, no llegan a salir totalmente del agua.
La orca ha sido cazada a lo largo de la historia. Los productos obtenidos eran la grasa y el aceite.
Actualmente se siguen cazando orcas en determinadas cantidades. La caza de la orca aumentó cuando la mayoría de las grandes ballenas se encontraban en peligro de extinción; por esta razón los balleneros tuvieron que recurrir a cazar ballenas de pequeño tamaño (p. ej., el rorcual aliblanco). Aunque la orca es en realidad un delfín, su gran tamaño le permite ser tan rentable (para los balleneros) como una ballena pequeña.
Históricamente sólo Japón y Noruega cazaban a esta especie, pero la antigua URSS cazó más de 900 ejemplares en la década de los 80; entre 1938 y 1980 las tres repúblicas cazaron más de cinco mil ejemplares. Actualmente, algunos pueblos de Indonesia, el Caribe y el Ártico cazan orcas para su subsistencia, aunque todavía son cazadas comercialmente por algunos balleneros que operan cerca de la costa.
La expectativa de vida de las orcas en cautiverio es muy baja en comparación con las que se encuentran en libertad (50-60 años los machos y 80-90 años las hembras). En cautiverio viven sólo un 20% del tiempo que viven en libertad. El encierro en grandes piletas les produce continuos trastornos en su salud, patológicos (enfermedades) y psicológicos (depresiones), como así también modificaciones en su anatomía. Hay países que están colaborando con las capturas de estos delfínidos; Rusia ha permitido la captura de orcas para los parques marinos en el mar de Ojotsk.
Se está comprobando que la contaminación ambiental está dañando cada vez más el sistema alimenticio de estos animales. Se están volviendo más susceptibles a enfermedades, debido al envenenamiento de sus alimentos, porque los peces que comen están intoxicados por químicos fuertes, y cuando las orcas los consumen pueden llegar a morir.
El ser humano tiene que ser cada vez más cuidadoso con lo que tira al mar, y, si se puede, tratar de no hacerlo en absoluto.
Fuera de las técnicas medianamente agresivas de caza de esta especie, se ha registrado sólo un ataque de orcas a hombres, en el que el animal confundió a la persona en su tabla de surf con una elefante marino, tomó su pierna, y rápidamente lo soltó.
Las orcas no son para nada agresivas con nuestra especie, más allá del errado apodo de «ballena asesina», debido a una mala traducción del inglés al español de «Killer Whale». Muy al contrario, en varias ocasiones se han mostrado curiosas y amistosas con las embarcaciones.
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