REINO |
Animalia |
FAMILIA |
Phocidae |
FILO |
Chordata |
GÉNERO |
Cystophora |
CLASE |
Mammalia |
ESPECIE |
C. cristata |
ORDEN |
Carnivora |
nombre binomial |
Cystophora cristata |
subORDEN |
Caniformia |
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Recibe este nombre por la nariz inflable («capucha») y el saco nasal extensible («vejiga») de los machos adultos. El nombre del género procede de las palabras griegas kustis, «vejiga», y phoros, «llevar», y el nombre científico de la especie procede de crista, «cresta» en latín.
Los jóvenes de foca encapuchada o capuchina recorren grandes distancias: han llegado tan lejos de sus lugares de origen en el Atlántico norte como los mares de Beaufort y Bering, el sur de California, el Caribe y el sudeste de España. Los supuestos avistamientos de focas monje del Caribe, presuntamente extintas, son, según algunos investigadores, jóvenes errantes de foca capuchina.
Es una foca grande, y los machos son más voluminosos que las hembras. La cabeza es ancha y robusta, con el hocico corto, y las aletas cortas y estrechas. Los machos adultos poseen una nariz flácida y engrosada: la «capucha o casco», que, al inflarla, aumenta el tamaño aparente de la cabeza y la cara. Entre los pinnípedos fócidos, solamente la probóscide engrosada de los machos de elefante marino del norte y del sur es comparable.
Las medidas al nacer son: longitud 90-100 cm, con un peso de 11 kg. En los ejemplares adultos: 3 m de longitud y 400 kg. de peso los machos, y 2,4 metros y 300 kilos de peso las hembras.
Se les estima una longevidad de 35 años, tal vez algo menos los machos.
Otro carácter sexual exclusivo de esta especie es el septum nasal de los machos, que pueden inflar y sacar por una ventana de la nariz, formando una estructura voluminosa y roja: la vejiga. Durante la cría los usan la capucha y la vejiga para atraer a las hembras y para imponerse frente a otros machos. Las focas capuchinas poseen ocho pares de dientes en el maxilar superior y 7 en el inferior.
El llamativo pelaje de los adultos es exclusivo de esta especie, ningún otro pinnípedo presenta un pelaje similar. Los machos adultos son gris plateado, con manchas negras irregulares casi en su totalidad, con la cara y la superficie dorsal de las aletas más oscuras. Las hembras son más claras y menos jaspeadas. Las crías mudan el lanugo en el útero y nacen con un pelaje tupido de color gris azulado en el dorso y amarillento o blanco-cremoso en la parte ventral, con las aletas y la cara más oscuras. El pelaje adulto se desarrolla tras la primera o la segunda muda anual.
Cría únicamente en la parte central y occidental del Atlántico norte. Los principales lugares de cría se encuentran en el golfo de San Lorenzo, al este de Terranova, en un área denominada «Delantera», en el estrecho de Davis, entre el norte de Canadá y Groenlandia, y cerca de la isla Jan Mayen.
Cuando no crían, estas focas permanecen en el límite del hielo, siguiéndolo conforme retrocede hacia el norte. Se cree que durante la muda (a finales de primavera y principios de verano), las focas procedentes de todas las colonias reproductoras, se concentran en los bloques de hielo existentes cerca de Groenlandia oriental. Sus movimientos en otoño e invierno apenas se conocen; es posible que sean pelágicas, alejándose de la plataforma continental y adentrándose en alta mar. Es posible que los individuos inmaduros permanezcan varios años en alta mar. A veces se han avistado jóvenes lejos de sus lugares de origen en la estación no reproductora. A principios de los años noventa, una hembra joven en buen estado de salud se acercó a la costa de San Diego, en California. Se dedujo que llevaba varios años en el mar, pues, partiendo de su lugar natal en el Atlántico norte occidental, había atravesado el mar de Beaufort, descendiendo después al mar de Bering e introduciéndose en el Pacífico norte oriental. Se han visto focas hasta en Portugal, en el Atlántico norte oriental, y en el Caribe, en el Atlántico norte occidental.
Las focas capuchinas parecen bastante solitarias, salvo cuando crían y mudan. Tanto las hembras como los machos emiten vocalizaciones durante la cría, los machos para establecer relaciones de dominancia, y las madres y las crías para reconocerse. Las madres se muestran muy agresivas cuando defienden a los pequeños. El vínculo maternofilial dura sólo 4 días, durante los cuales las crías maman casi continuamente y ganan peso rápidamente, gracias a que la leche materna es muy rica en grasa.
El sistema de apareamiento de las focas de casco es la monogamia serial: un macho adulto permanece con una hembra durante un periodo breve, se aparea con ella y después se va en busca de otra hembra sexualmente receptiva.
Los machos defienden agresivamente a las hembras en estro frente a otros machos, mediante vocalizaciones y exhibiciones visuales que incluyen la dilatación de la capucha y la vejiga. Las colonias de cría se concentran en bloques flotantes de hielo desde mediados de marzo a principios de abril. Durante este periodo, las hembras dan a luz una sola cría en la superficie del hielo, concentrándose la mayoría de los nacimientos a finales de marzo. Las hembras amamantan a sus crías sólo durante 4 días, la lactancia más corta de todos los mamíferos, momento en que las destetan bruscamente y las abandonan. Durante la lactancia, las crías duplican el peso que tenían al nacer, ganando de 20 a 30 kg. Las hembras pueden volver a aparearse entre 5 y 7 días después de dar a luz.
Esta especie de foca se alimenta mayoritariamente de calamares y peces, sobre todo de hipoglosos de Groenlandia, gallinetas oceánicas y bacalaos. Las inmersiones en busca de alimento duran típicamente 15 minutos o más, y alcanzan profundidades de entre 100 y 600 metros. Algunas inmersiones superan los 1.000 m. de profundidad, y duran más de 52 minutos.
A principios de 1990 se estimó que la población reproductora de focas capuchinas ascendía a unos 250.000 ejemplares cerca de la isla Jan Mayen y a unos 300.000 frente a la costa de Terranova. Esta especie se caza en varios lugares de su ámbito de distribución. En 1996 se mataron unos 26.000 individuos en Canadá (aproximadamente el triple del cupo estipulado).
Las crías han sido siempre el principal foco de interés para los cazadores, debido a su fino pelaje; el más valorado de todos los fócidos en el sector peletero. También se cazan en Groenlandia por razones de subsistencia y como alimento para perros. Han muerto cantidades considerables de estas focas al caer en las redes pesqueras, cuerdas y trampas colocadas en la costa noruega.
Los osos polares atacan frecuentemente a estas focas durante la estación reproductora, y las orcas las cazan ocasionalmente cuando se encuentran en el mar.
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