En la Montaña

Tapir Andino o Danta de Montaña

REINO
Animalia
FAMILIA
Tapiridae
FILO
Chordata
GÉNERO
Tapirus
CLASE
Mammalia
ESPECIE
T. pinchaque
ORDEN
Perissodactyla
nombre binomial
Tapirus pinchaque
       

El tapir andino o danta de montaña, es una de las especies de tapir existentes en América. En quechua se le conoce como «Sacha Huagra».

El tapir de montaña es el más pequeño de las cuatro especies de tapir. Mide en promedio 1,8 metros de longitud, y entre 75 y 90 cm. de alzada. Los adultos alcanzan un peso de 90 a 260 kg.

Los tapires tienen cuerpos largos y grandes, piernas muy cortas y delgadas, un cuello corto y una cola corta, gruesa, con once vértebras coccígeas. Las orejas son pequeñas y redondeadas, y permanecen inmóviles, pero le proveen de un agudo sentido de la audición. En general, tienen una parte delantera y trasera cónica redondeada, que los adapta perfectamente para el movimiento rápido a través y alrededor de maleza.

El pelaje es negruzco, a diferencia de las demás especies de tapir, posee un vellón lanudo muy cerrado (por lo que también se le conoce como «tapir lanudo»), pues este animal necesita defenderse del frío de su hábitat: las altas cordilleras de los Andes. Los labios y las puntas de las orejas son blancos; dos características notables de esta especie. Sus ojos son pequeños, pero están muy desarrollados, son normalmente de color marrón, pero algunos ejemplares pueden presentar un tono azulado en los mismos. El tono azulado de los ojos ha sido estudiado recientemente, y se cree que es causado ​​por la exposición excesiva a la luz solar.

Las hembras presentan un solo par de mamas en las ingles.

Vive en reducidas zonas de Perú (donde se le llama tapir de altura), Colombia (donde se conoce como danta cordillerana o danta lanuda), Ecuador (llamado danta negra) y Venezuela (donde se le denomina danta andina, y donde lamentablemente es posible se encuentre extinto).

Los montañistas han encontrado huellas de este animal a 4.700 metros de altitud, en las nieves del volcán Sangay.

Los tapires son animales tímidos y dóciles que se asustan con facilidad. Son principalmente solitarios, pero a veces se observan en pequeños grupos. Estos grupos suelen estar formados por una madre con sus crías, pero de vez en cuando un macho y una hembra pueden emparejarse de por vida. Los tapires son territoriales, con áreas parcialmente superpuestas. Cuando dos tapires entran en contacto, se vuelven altamente agresivos hacia el otro. Muestran los dientes y mueven las orejas hacia adelante para mostrar su hostilidad. Normalmente, es en este punto que uno de los tapires se retirará. Si se produce una pelea, tratarán de morderse las patas traseras. Debido a que los tapires poseen incisivos muy afilados, este tipo de combates a menudo provoca heridas graves.

Les gusta bañarse y a menudo buscan los ríos, arroyos, lodazales y hasta piscinas, para este propósito. Son nadadores excepcionales, así como escaladores, y pueden abrir caminos a través de la maleza. Pasan mucho de su tiempo bañándose para regular la temperatura corporal, y también para escapar de los depredadores. Pueden permanecer sumergidos durante varios minutos y a menudo se les ve asomados sobre un tronco en la superficie del agua para respirar. Esto les permite permanecer ocultos de los cazadores y depredadores.

Se revuelcan en lodazales para cubrir su piel con barro, lo que ayuda a evitar las picaduras de insectos. También frotan su cuerpo contra los árboles para eliminar las garrapatas y el pelo suelto. Utilizan el olor como una de sus formas más importantes de comunicación. Los machos suelen orinar para dejar marcas olfativas que anuncian las fronteras territoriales.

Los machos suelen luchar por la hembra. Una vez que se establece un ganador, se inicia el apareamiento, que viene precedido por un ritual de cortejo. Los tapires sexualmente excitados emiten sonidos similares a silbidos, y en ocasiones se pueden rociar orina.

Por lo general, se aparean justo antes del comienzo de la estación lluviosa, y dan a luz a principios de la temporada de lluvias del año siguiente. Durante la cópula los tapires se muerden uno a otro las orejas, los pies y los costados. La hembra da a luz de pie y las crías nacen de cabeza. Nacen con los ojos abiertos y pueden levantarse e incluso caminar poco después de nacer. Los machos no participan en la crianza de los pequeños.

Suelen tener una cría cada dos años. Los gemelos son raros. Al nacer, el becerro pesa alrededor de 4-7 kg. Los jóvenes permanecen en un lugar bien protegido, pero después de una semana comienzan a seguir a su madre. Los ejemplares jóvenes presentan un patrón de pelaje diferente al de los adultos. Es de color marrón rojizo oscuro con rayas y manchas de color amarillo y blanco. Este patrón se pierde normalmente alrededor de los 6 meses. Los tapires alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los 3-4 años de edad. La gestación dura 393 días, la cría permanece con la madre cerca de un año, y es cuidada por ésta los seis primeros meses. Se les estima un promedio de vida de 28,5 años.

Estatus: La IUCN cataloga esta especie como En Peligro (EN). Se encuentra en CITES Apéndice I.

Amenazas: Se encuentra en peligro de extinción principalmente por la pérdida de hábitat. Localmente no es común, y las densidades de población son muy reducidas. Se ha visto extinguido en muchas regiones por la caza excesiva. También es usado con fines medicinales (sus patas se usan para aliviar la epilepsia y enfermedades del corazón).

La danta de montaña se alimenta de hojas, tallos y frutos de un gran número de especies de plantas vasculares de los páramos y bosques de niebla. Entre sus preferidas se encuentran leguminosas como Lupinus, hojas de Gynoxys, hojas de Gunnera sp, Oreopanax, y Chusquea sp.

Los tapires de montaña son importantes dispersores de semillas de plantas altoandinas, y, por lo tanto, un componente importante para el mantenimiento de la estructura de los ecosistemas de alta montaña de Sur América.

 

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