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«¿Qué Necesitas para Alimentar Correctamente a tus Gallinas?»

Alimentar a tus gallinas (o pollos) con una dieta completa y equilibrada, es esencial para que se mantengan felices y sanas. Las gallinas ponedoras son omnívoras, por lo que pueden comer una gran variedad de alimentos.

Un pienso comercial de buena calidad debería ser el componente principal de la dieta de tus gallinas, de este modo te asegurarás de que reciben todos los nutrientes que necesitan.

El pienso puede suministrarse en un dispensador o contenedor, y también pueden esparcirse otras semillas y granos (como trigo y maíz) en el entorno para complementar su dieta y fomentar un comportamiento natural de búsqueda de alimento. En Mundogallina encontrarás todo tipo de información y productos para que tus gallinas vivan adecuadamente.

Nutrientes Esenciales

¿Qué Necesitas para Alimentar Correctamente a tus Gallinas?

Las siguientes seis clases de nutrientes son esenciales para la vida, el crecimiento, la producción y la reproducción de cualquier ave de corral. La naturaleza suministra la mayoría de estos elementos esenciales en forma de pastos, insectos, grava, granos y semillas, luz solar, etc. Sin embargo, la alimentación en el interior, tanto de las aves jóvenes como de las adultas, exije que el cuidador sea plenamente responsable de satisfacer estas mismas necesidades de una u otra forma y en cantidades adecuadas, pero no excesivas.

Agua

Las aves pueden vivir más tiempo sin comida que sin agua. La falta de un suministro constante de agua fresca supone un obstáculo para el crecimiento de las aves jóvenes, y también provoca una baja producción de huevos y una muda temprana en la manada de ponedoras.

Proteína

Suele ser la materia prima de coste más elevado, pero es la que tiene más probabilidades de dar resultados rentables si se utiliza correctamente. La proteína de origen animal (leche, hígado, restos de pescado, carne o harina de carne), es más eficaz para favorecer el crecimiento y la producción de huevos que la proteína de la mayoría de fuentes vegetales. Los cereales por sí solos son totalmente inadecuados en cantidad y tipo de proteína. No obstante, un exceso de proteínas puede ser perjudicial para las aves de corral de cualquier edad.

Carbohidratos

Son los materiales amiláceos (o de alto contenido en almidón) de los granos y productos de granos. Proporcionan combustible y energía. El exceso pasará a formar grasa en el cuerpo o en el huevo.

Grasas

Prácticamente todas las materias primas para piensos contienen algo de grasa. Un exceso de grasa procedente del aceite de pescado o de los productos cárnicos y de pescado, puede ser el causante de trastornos digestivos en las aves y provocar patologías como la degeneración grasa y la «enfermedad de los pollos locos».

Minerales

El carbonato de calcio (procedente de la piedra caliza o de la grava, de las conchas de las almejas o de las ostras, de los huesos, etc.), en presencia de la vitamina D, forma la mayor parte de la cáscara del huevo. El calcio y el fósforo constituyen la mayor parte de los huesos, pero un exceso de fósforo (procedente de los materiales óseos), puede llegar a bloquear el manganeso de la dieta, lo que provoca huesos torcidos y tendones desprendidos en los pollitos.

La sal aporta algunos minerales esenciales. Los piensos verdes contienen pequeñas cantidades de ciertos minerales de gran importancia.

Vitaminas

El crecimiento naturalmente rápido de las aves de corral jóvenes revela pronto cualquier deficiencia vitamínica en sus raciones; la eclosión de los huevos es una prueba crítica del contenido vitamínico de una dieta de reproductoras. Las carencias más comunes en las dietas son:

●  Vitamina A (procedente de piensos verdes, el maíz amarillo y los aceites de pescado). La vitamina A protege contra los resfriados y las infecciones.

●  Vitamina D (en aceites de pescado marino y productos sintéticos, o formada en el organismo cuando se expone a los rayos ultravioleta del sol). La vitamina D contribuye a la fijación de los minerales en la cáscara o en los huesos, y a prevenir la debilidad de las piernas y el raquitismo.

●  Riboflavina (presente en la leche, el hígado, la levadura, los piensos verdes, la riboflavina sintética, etc.). La riboflavina favorece el crecimiento de los pollitos y las crías, tanto en el huevo como después de la eclosión; por lo tanto, es uno de los factores más importantes de la incubabilidad. La riboflavina previene la parálisis nutricional o del dedo gordo del pie en los polluelos jóvenes.