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«Curiosidades Felinas»

Se sabe de varios gatos domésticos que han vivido más de 30 años. Asimismo, los gatos salvajes que habitan en zoos, suelen vivir más tiempo del normal.

Los gatos blancos de ojos azules suelen ser sordos por herencia genética, pues llevan en sus genes la mutación que produce esta discapacidad.

Hay una curiosa raza de gato doméstico, el van turco, a la que le gusta mucho el agua y bañarse en el lago Van de Turquía, al contrario que a la mayoría de los pequeños felinos.

Los gatos sienten una aversión natural hacia lo dulce debido a su evolución como carnívoros, pues al no estar preparados para digerir azúcares, los transforman en grasas.

La fuerza que tienen las patas traseras de los gatos y la flexibilidad de su columna vertebral, les permite saltar distancias equivalentes a seis veces su propia longitud.

Los gatos son capaces de aterrizar siempre sobre sus patas debido a la flexibilidad de su columna vertebral y a la acción de un órgano del equilibrio situado en el oído interno.

Curiosidades Felinas

Trepar árboles y andar por las ramas es fácil para los gatos, pues combinan las uñas, las patas y la cola para agarrarse y mantener el equilibrio.

Los bigotes de los gatos sirven como detectores del entorno más inmediato, gracias a la acción de unas células especiales alojadas en las raíces del pelo.

Todavía no se sabe todo sobre el ronroneo, pero los gatos son capaces de ronronear mientras respiran, y los cachorros pueden incluso mamar al mismo tiempo.

El manto de casi todos los gatos muestra marcas o colores que les sirven de camuflaje. Rayas, manchas o colores lisos sirven al gato para mimetizarse mejor con el entorno cuando cazan.

El cuerpo de los gatos está perfectamente diseñado para recuperarse de las caídas, y es más probable que al aterrizar se hagan daño en las garras y no en las patas o en la columna.

Con los bigotes los gatos calculan la distancia en la oscuridad. También les proporcionan información adicional de la presa cuando la atrapan y está demasiado cerca para mirarla.

Los linces tienen los pies peludos para caminar sobre la nieve y repartir el peso de su cuerpo. Los gatos de la arena usan el mismo mecanismo de adaptación para andar en el desierto.

Sólo los felinos salvajes más pequeños ronronean como los gatos domésticos. Todos pertenecen al género Felis. Los felinos más grandes expresan lo mismo mediante rugidos.

Los gatos han perdido el equivalente al dedo gordo del pie, debido a que utilizan las patas traseras sólo para correr y saltar; tener una uña ahí, podría hacerles daño.

Arañar objetos sirve para afilarse las uñas: de las zarpas de los gatos saltan capas, lo cual hace que las puntas se renueven y estén siempre afiladas.

Además del factor sorpresa, los gatos prefieren atacar por la espalda porque sus uñas resultan más efectivas si la presa trata de escapar.

A excepción del gato de margay, los felinos bajan de los árboles andando hacia atrás porque de ese modo clavan mejor las uñas en la corteza. Si no lo hicieran así, caerían en picado.

La lengua de los gatos está cubierta de nódulos endurecidos denominados «papilas gustativas», que sirven para raspar hasta el último vestigio de sangre y carne de los huesos, y para limpiarse el pelo.

Ronronear es la forma más evidente de expresar contento, pero se sabe que los gatos también ronronean cuando están enfermos, lo que indica que les reconforta en momentos de estrés.

El término correcto para referirse a las uñas de los gatos es protráctiles y no retráctiles, debido a que para sacarlas es necesario mover los músculos, mientras que se enfundan automáticamente.

A los gatos les encanta dormir encima de las camas por el olor familiar que despiden. A veces se sienten seguros durmiendo debajo de los muebles, sobre todo cuando quieren estar solos.

Los gatos pequeños, incluidos los domésticos, sienten un recelo natural hacia el agua porque la relacionan con peligros reales del mundo salvaje y ataques de depredadores.

Un alféizar soleado o un lugar alto desde donde cazar, es el mejor puesto estratégico de un gato.

Hay un componente químico de la menta gatuna (Nepeta cataria) cuyo olor provoca el denominado «reflejo de Flehmen», una reacción placentera en la cual el labio superior se retrae.

La razón por la que los gatos se frotan con la cola y los costados del cuerpo contra los objetos, incluidos sus amos, es para dejar marcas olfativas que señalen su territorio.

Aunque el sentido del olfato de los gatos es muy superior al de los perros, lo utilizan con frecuencia para comunicarse con los demás gatos.

El canibalismo se da entre los felinos, pero sólo en situaciones muy concretas, si bien los felinos grandes matan y comen felinos más pequeños siempre que tienen la oportunidad.

Cuando hay un cambio de liderazgo en una manada de leones, el nuevo macho dominante mata e incluso se come a algunas crías para que sólo queden las que llevan sus genes.

Las especies de felinos salvajes suelen tener camadas de entre una y siete crías. Aunque varía según la especie, el número viene determinado por la disponibilidad de leche de la madre.

Aunque se suele creer que los leones son los únicos felinos sociales, hay pruebas de que el comportamiento grupal se produce también en tigres y guepardos.

Siete vidas tiene un gato. Según los antiguos egipcios, los gatos, después de siete reencarnaciones, volvían a tomar cuerpo mortal en un humano.

Los machos tienen un hueso en el pene que utilizan para estimular a la hembra para que ovule después de la cópula.

Comportamientos como gruñir, bufar, erizar el pelo, arquear el lomo, enseñar los dientes, aplastar las orejas e inclinarse hacia los lados, están concebidos para ganar batallas sin luchar.

El dicho de que los gatos tienen siete vidas procede de la fabulosa agilidad que muestran para salir ilesos de caídas peligrosas y para escapar de las garras de los perros.

Los gatos domésticos abandonados viven en grupos sociales si hay comida suficiente para no tener que pelear continuamente por ella.

Amasar algo con las patas delanteras es una reacción instintiva infantil, ya que las crías suelen presionar con ellas el pezón de la madre para estimular la secreción de leche.

Los gatos tienen las pupilas muy grandes para que entre la máxima cantidad de luz por la noche. Aunque sus ojos son más pequeños, ven seis veces mejor que nosotros en la oscuridad.

Los gatos tienen un gran sentido de la orientación, ya que, en el mundo salvaje, están acostumbrados a viajar grandes distancias para cazar sus presas antes de volver a casa.

Además de con la nariz, los gatos captan los olores con un órgano conocido como «cartílago de Jacobson», situado en la parte superior de la boca.

Cazar de noche es una táctica muy efectiva de los felinos, ya que casi todos sus objetivos son torpes en la oscuridad, lo que los convierte en presas más fáciles.

Cuando un gato bosteza llena de oxígeno los pulmones. Bostezar no sirve para despertarse, sino para aligerar la digestión después de una comida pesada.

Los gatos son capaces de distinguir los colores, pero tienden a guiarse más por la forma y el movimiento cuando cazan porque prefieren hacerlo en las horas de menor luz de la noche.

Los padres felinos suelen llevar animales débiles o lisiados a sus crías para que practiquen las técnicas de caza bajo estricta supervisión.

Los felinos entierran las heces cuando creen que invaden el espacio de sus iguales (o de sus familias, en el caso de los gatos domésticos); si no, las dejan como marca olfativa territorial.

Los ojos de los gatos brillan en la oscuridad porque una capa situada detrás de la retina optimiza la luz disponible, reflejándola en el humor vítreo del globo ocular.

El puma, una de las especies más antiguas, presenta la característica insólita de tener las pupilas circulares, rasgo que lo diferencia del resto de los considerados «felinos pequeños».

Se ha demostrado que los felinos devoradores de hombres a veces no atacan si se lleva una máscara convincente en la nuca, ya que a los gatos les gusta saltar por detrás. De este modo se les engaña.

A diferencia de los perros, los gatos tienen un hocico corto porque, a la hora de cazar, utilizan más la vista y el oído que el sentido del olfato.

Con la única excepción del puma, los felinos tienen las pupilas alargadas para evitar que, durante el día, entre demasiada luz en sus sensibles ojos.

Los gatos tienen visión estereoscópica, lo que les permite calcular la posición y la distancia de los objetos y las presas. Por la misma razón también tienen audición estereofónica.

Los gatos sacuden la cabeza después de saltar para “poner en orden” los órganos del equilibrio de los oídos. Dentro tienen un líquido que puede compararse con el de un nivel de aire, aunque funciona de forma muy distinta.

Los gatos son muy sensibles al olor a cloro en el agua. Por eso prefieren beber de un charco o un estanque sucios que de un cuenco lleno de agua del grifo limpia y clara.

Los gatos sólo se asean cuando se sienten seguros. Untarles los pies con mantequilla les obligará a lamerse, lo cual ejercerá un efecto calmante.

Un rasgo característico del gato es que es digitígrado; es decir, que al caminar apoya sólo los dedos y no toda la pata, para conseguir la máxima eficiencia de las extremidades al correr.