Son muchas las ventajas que encontramos en el adiestramiento canino. Este no se basa en enseñarle trucos, sino en mejorar la convivencia entre ambos, hasta el punto de que nuestro perro es más feliz al saber autocontrolarse y tomar decisiones adaptadas y funcionales dentro de su entorno. Hemos visto algunas razas que se han orientado a determinadas áreas, como la defensiva, el rastreo, etc. En este caso, analizaremos los beneficios de una educación canina básica, apta para cualquier familia que tenga perro.
Cuando estás adiestrando a tu perro desde la obediencia básica lo estás dotando del aprendizaje primordial para una sana convivencia con su entorno y su familia.
El educador canino nos puede enseñar las directrices para que nuestro perro obedezca tras una señal, ya sea verbal, gestual o ambas. Desde el punto de vista básico del adiestramiento, estas se basarán en quedarse quieto, aun cuando vea otros perros correr o, en su caso, de acercarse a nosotros si así se lo pedimos.
De la misma forma existen muchas más reglas que le van a servir al perro para sentirse mejor, esto es, más tranquilo y con una mayor confianza. Por supuesto que hay razas que aprenden más rápidamente, con respecto a otras, pero con trabajo y conocimientos, conseguiremos nuestro propósito.
La educación canina trae consigo muchas ventajas no solo orientadas a los dueños, sino a los propios perros. Para empezar, debemos desechar la visión de que el perro va a actuar como un simple esclavo de nuestras ocurrencias. Es necesario que tengamos en cuenta sus emociones para que, así, logremos que se adapte mejor al momento de aprendizaje.
Con la ayuda de un adiestrador canino conseguiremos los adelantos que, a continuación, desarrollamos. Al final, todo se resume en la felicidad relacionada con la convivencia del guía y su perro.
Cuando nuestro perro adquiere disciplina, como el hecho de esperar cuando se lo indicamos, consiguen ser más “racionales” con cada situación. En este sentido, disminuye el estrés que les produce separarse de nosotros o querer engullir su plato de comida.
Al reconocer nuestra señal y, por tanto, al esperarla para actuar de un determinado modo, deja de lado la intranquilidad que le produce cualquier contexto nuevo para él. Podemos decir que los perros adiestrados nos ven como a sus guías. Esto nos lleva a otros beneficios, como la confianza y la fidelidad.
La fidelidad que tiene nuestro perro es algo que debemos ir ganando poco a poco. Esta se logra mediante una relación equilibrada y justa para todas las partes, que respete su naturaleza. Por este motivo, debemos enseñarle en consecuencia a sus sentidos, emociones, y en definitiva con un enfoque integral.
Crear un vínculo fuerte, de plena confianza es muy importante. Solo así veremos una respuesta inmediata y mejor respuesta de nuestro perro ante las señales y comportamientos que le pedimos.
La salud de nuestro perro consigue mantenerse estable a través del adiestramiento. La razón por la que sucede esto es, simplemente, la capacidad que adquiere al manejar sus niveles de estrés en situaciones cotidianas. Así, cuando vea a otros perros, en vez de actuar con una conducta agresiva o temerosa, al darle la orden de que permanezca quieto, sabrá que puede confiar en nuestro criterio.
Cuando difundimos tranquilidad a nuestro perro conseguimos mantenerle más saludable, en el sentido de controlar sus emociones, que podrían afectar a sus sistemas digestivo y cardíaco, entre otros.
Adiestrar correctamente al perro implica dotarle de independencia. Mediante esta, sabrá controlarse cuando tenga que quedarse solo en casa. Hemos visto muchos casos de perros que destrozan todo lo que pueden en ausencia de su familia. Esto se debe al estrés de la separación y, por tanto, a la falta de independencia que sienten.
Un perro con autonomía va a sentirse más feliz, sin que esto signifique una ruptura del vínculo que hemos creado y, mucho menos, la pérdida de fidelidad.
Un error que cometen muchas personas es pensar que un perro adulto es más complicado de adiestrar, ya que lleva consigo una serie de vicios adquiridos en anteriores vivencias, sin contar el maltrato que pudo haber recibido, así como sus efectos en la conducta.
Curiosamente, podemos lograr increíbles avances en los perros adultos adoptados, incluso de una manera más rápida que los cachorros. Precisamente, la confianza juega un papel muy importante en este caso. Esta se puede traducir como el amor que les conseguimos demostrar, al mismo tiempo que les educamos.
El adiestramiento adecuado permite que nuestro perro se sienta más libre y pueda caminar sin la necesidad de su correa. Sabiendo que va a obedecer rápidamente ante la señal que le solicitamos, nos permite confiar en que estará bien.
Sin duda, esta muestra de fidelidad, que supone dejar al perro suelto para que pueda disfrutar mejor de su medio y correr en libertad, es otro signo de felicidad para él.
El adiestramiento canino implica un beneficio mutuo, tanto para el dueño como para el perro. Estrecha los vínculos entre ambos y disminuye el estrés del animal, sintiéndose más independiente.