Los pájaros y pequeños mamíferos, como conejos, conejillos de Indias, hurones, hámsters, ratones y jerbos, tienen necesidades especiales cuando se trata de Aromaterapia, al igual que los gatos. Su pequeño tamaño es de principal importancia.
La diferencia más obvia en el tratamiento de animales es el tamaño del paciente. El tamaño de un animal también engloba su tasa metabólica: mamíferos y aves más pequeñas tienen tasas metabólicas mucho más elevadas que los mamíferos o reptiles más grandes. Un ratón o un pájaro, por ejemplo, requieren proporcionalmente más sustancia vegetal o medicamento para mantener los niveles terapéuticos en la sangre.
Cuando se debe determinar la dosis exacta de ciertas sustancias, no es tarea sencilla catalogar todas las dosis posibles. La farmacología de numerosas hierbas y vitaminas no se entiende completamente y las diferencias entre las especies afectan en gran medida a las consideraciones sobre la dosificación. Cuando se emplean sustancias muy variadas y concentradas, como los aceites esenciales, en mamíferos pequeños o aves con tales diferencias metabólicas, el potencial para el desastre es bastante elevado.
Con tantas incógnitas y tanto potencial de error y mala dosificación, lo más responsable es evitar los aceites esenciales completamente. Es por esta razón que, como en el caso de los gatos, los hidrolatos son la forma más segura de usar la Aromaterapia con pequeños animales de compañía.
Aromaterapia para Pájaros
Se debe tener un alto nivel de precaución cuando se trata de utilizar cualquier material aromático entorno a las aves. Existen numerosos casos de aves cayendo muertas tras la exposición a velas perfumadas, ollas de teflón en la cocina, aerosoles de ambiente e incluso aceites esenciales.
Otros compuestos que se han documentado como tóxicos para las aves incluyen: productos agrícolas, químicos de jardinería, aerosoles insecticidas, bolas de naftalina, desinfectantes como fenoles y creosoles (si se usan en altas concentraciones), soluciones de limpieza de dentaduras postizas, sal (en grandes cantidades) y colillas de cigarros. Incluso los humos de nuestras cocinas (especialmente los humos de los alimentos quemados) pueden resultar peligrosos para las aves debido a su diminuto tamaño y un sistema respiratorio extremadamente sensible. Probablemente hayas escuchado historias de antiguos mineros que empleaban canarios en las minas para detectar gases peligrosos, ya que estos mostraban los efectos del gas mucho antes que los humanos.
Dada la extremada sensibilidad que exhiben las aves, incluso los hidrolatos deben emplearse con la máxima prudencia, únicamente administrados en cantidades muy diluidas en el agua de beber y básicamente empleados de forma homeopática por sus cualidades vibratorias y energéticas.
Las aves han demostrado una sensibilidad extrema a los aceites esenciales. Una vez más, el Árbol del té es el culpable, muy probablemente debido a su alto nivel de popularidad. La conclusión obvia es que el empleo directo de cualquier sustancia aromática o transportada por el aire, sobre o alrededor de un pájaro, podría ser muy arriesgada. En muchos casos, los beneficios de intentar un tratamiento natural, ciertamente no superan los riesgos.
Éstas son algunas sugerencias con hidrolatos para las dolencias comunes de las aves:
Para el estrés (muy común en aves enjauladas o aquellas que se mantienen solitarias en lugar de en parvadas o parejas), se recomienda añadir diariamente de 3 a 4 gotas de hidrolatos de Tila, Nerolí, Lavanda, Angélica o Manzanilla romana al agua del pájaro.
Para un ave que está deprimida y no ofrece respuesta, se sugiere añadir diariamente de 3 a 4 gotas de hidrolatos de Aciano, Melisa, Hierbaluisa o Hipérico para refrescar el agua de beber.
Para las aves con problemas respiratorios, de 2 a 3 gotas de hidrolato a diario en el recipiente de agua fresca. Se recomiendan los hidrolatos de Ínula, Romero (QT verbenona), Mirto verde o Tomillo (QT linalol).
Se recomienda encarecidamente consultar a tu veterinario la conveniencia de estas aplicaciones.