Con la llegada de la primavera o el otoño, también llega el momento de la rinitis y la bronquitis acompañada de tos, estornudos, pérdida de forma y apetito...
Por supuesto, a veces es necesario usar antibióticos, pero si no queremos usarlos o si queremos completar su acción, la inhalación de aceites esenciales será de gran ayuda.
Este método, también conocido como «fumigación», se ha utilizado durante miles de años y aprovecha las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales para fluidificar, desinfectar y evacuar las secreciones de las membranas mucosas respiratorias afectadas.
Bastante rudimentario y fácil de montar…
Un cuenco de agua hirviendo sobre el que se colocan unas gotas de aceites esenciales. Estos no se mezclan con el agua, sino que permanecen en la superficie. Son los vapores del agua caliente los que transportan las moléculas y las depositan en la superficie de las membranas mucosas.
Por lo tanto, es un proceso que no permite el acceso a las vías respiratorias profundas, como los bronquiolos o los alvéolos, porque el agua es un elemento pesado que se deposita rápidamente en contacto con las mucosas respiratorias. Afortunadamente, porque la introducción de agua en los bronquios de un animal con dificultad para respirar no es lo más recomendable.
Ya sean de origen vírico o bacteriano, son las que afectan a las fosas nasales, los senos paranasales y los bronquios primarios: coriza en gatos o pollos, enfermedades respiratorias crónicas en ratas, tos de las perreras, gripe en hurones o chinchillas...
Advertencia: Debemos asegurarnos de que el animal no se queme. Para ello simplemente enciérralo en una jaula y deja el cuenco fuera cubierto con un paño.
Para la vía atmosférica, se elegirán aceites esenciales antibacterianos, antivirales, expectorantes y mucolíticos. Por ejemplo, los aceites esenciales de Ravintsara, Eucalipto radiata, Abeto balsámico, Pino silvestre, Lavanda, Eucalipto mentolado (Eucalyptus dives) y Árbol del té son perfectamente adecuados.
Se pueden añadir aceites esenciales antiinflamatorios como: Abeto balsámico, Ylang-ylang o Tanaceto.
Es ideal mezclar entre 3 y 5 aceites esenciales. Si son demasiados, la actividad de unos puede ser enmascarada o neutralizada por otros, o encontrarse en cantidad insuficiente para ser efectiva.
La proporción de cada aceite en la mezcla dependerá de los efectos deseados, la seguridad o toxicidad de cada uno, así como de los conocimientos y la experiencia de quien los prescribe.
En principio las sesiones no deben exceder los 15-20 minutos, 2 o 3 veces al día durante 1 semana.
Otra vía de administración atmosférica de los aceites esenciales es posible gracias a la Aerosolterapia.